martes, 13 de diciembre de 2011

Capitulo Cinco: En territorio enemigo

Cómo llegar a tu corazón


Capitulo Cinco: 
En territorio enemigo



Cuando Harry se levantó no encontró a su mejor amigo en la cama y llegó a la conclusión de que se fue a buscar su libro de Pociones en las cocinas del castillo, pues ahí estaban los elfos domésticos, así que no se preocupó y prosiguió a vestirse para bajar a desayunar en el Gran Comedor y hacer una especie de milagro para terminar la redacción de Herbología que no terminó el Harry de la noche anterior.

-Buen día, Neville – le saludó el ojiverde a su amigo que también se estaba levantando.
-Buen… día – le contestó el león entre bostezos.
-¿Cómo te va trabajando con Malfoy? – Harry  quiso saber.
-Pues aun no hemos iniciado la redacción – le dijo Neville algo receloso - ¿y a ti con Goyle? – le cambió el tema rápidamente.   
-Al menos ya inicié la redacción, aunque dudo mucho que la terminemos. Es para hoy – Harry  seguía acomodando sus cosas y se murmuró para sí mismo - ¿Por qué nos hicieron esto?
-No están malo ¿sabes?
-¿Qué dices? – le preguntó Harry, pero al darse vuelta Neville ya no estaba en la habitación y Harry se alegró, no quería discutir con él tan temprano.

*****

Ron iba camino a las mazmorras dispuesto a reclamarle a Zabini por su actitud del día anterior (o al menos ese era su plan), entró al salón en cuestión, no había nadie dentro, salvo sus cosas encima del escritorio, así que entró, llegó hasta el escritorio y revisó sus cosas.

“Espero que esa maldita serpiente no se haya robado nada”

Seguía revisando sus cosas, cuando sintió que unos brazos lo rodeaban por la espalda.
-Que bien que llegaste – el  chico Slytherin le susurró en la oreja – te  estaba esperando – le  decía mientras que sus manos acariciaban su pecho y la cintura, mientras que sus labios le besaban el cuello.
Por su parte el pelirrojo estaba tenso, demasiado tenso, pero esas caricias de alguna manera eran muy reconfortables y no se diga de los besos, sabía que tenía que hacer algo para impedir que el chico siguiera pero una parte dentro de él no quería que parara.
-Zabini…
-Shss…
Zabini lo volteó para que el león quedara frente a él, buscó sus labios y los besó, al principio el Gryffindor ponía resistencia pero después de que el moreno insistiera en que le cediera el paso con su lengua… accedió. Ron pasó sus manos sobre el cuello del otro chico, mientras que las de éste proseguían en quitarle la túnica y la camisa, aún siguiendo con ese beso donde ahora ambas lenguas participaban. El Gryffindor ya no tenía pensamientos cuerdos cuando fue apresado por aquella boca, solo se dejó llevar…
Una vez que el león estaba sin vestimenta de la cintura para arriba, el Slytherin lo tomó y lo sentó en el escritorio, donde comenzó con nuevas caricias hacia él, besaba y lamía el cuello para luego bajar hacia el pecho del pelirrojo, éste por su parte se le salían los gemidos de placer que trataba de reprimirlos vanamente, así que mejor comenzó a besarlo en el cuello a la vez que desvestía al Slytherin.
Ambos chicos ya estaban excitados, puesto que sus erecciones ya eran notables bajo su ropa, el Slytherin se pegaba más lo que podía hacia el león causando que su erección rozara la del otro y sacar nuevos gemidos por parte del pelirrojo, el cual aún insistía en reprimirlos, para que no se escucharan por temor a que los descubrieran.
Blaise comenzó a desabrochar el pantalón del pelirrojo, sin dejar de al lado los besos en el cuello que era la parte más sensible del chico, cuando se deshizo de los pantalones y el bóxer, el Slytherin le echó una mirada fugaz al cuerpo del león, el cual estaba en muy buenas condiciones.
-¡Merlín! Weasley estas mucho mejor de lo que imaginaba – Ron enrojeció ante el comentario – Adoro  cuando haces eso.
Sin perder más tiempo, Zabini volvió a las caricias y a los besos, hasta que sintió que no duraría mucho en ese estado, necesitaba ya estar dentro de ese exquisito pelirrojo, así que se desvistió por completo y con un movimiento de su varita hizo aparecer una colchoneta en donde acostó al pelirrojo y comenzó a preparar la entrada aun virgen de éste.
Ron creía estar en una especie de fantasía, cuando sintió un dedo invasor en su entrada y a pesar del dolor lo invadieron una  serie de sensaciones placenteras, aunque en las fantasías que tenia… él estaba con Hermione, pero ¡Merlín! esto era completamente mucho mejor, su amante parecía saber en verdad complacerlo y él no se quería quedar atrás, así que también comenzó acariciarlo y darle besos en el cuello, sacando ahora a su amante gemidos de placer.
Zabini se acomodó entre las piernas del pelirrojo y comenzó a entrar poco a poco para no lastimarlo, aunque sería inútil porque la entrada de este era muy estrecha, por lo cual provocó más gemidos de dolor por parte del pelirrojo.
-Relájate Weasley pronto te sentirás mejor…
Le recomendó el moreno y para que esto fuera posible tomó el miembro del pelirrojo y comenzó a masajearlo para que no pensara en el dolor causado por la penetración. Esta acción le resultó como esperaba ya que sintió como el Gryffindor se relajaba y entonces comenzó a moverse dentro de éste suavemente para después ir acelerando el ritmo de las envestidas.
Si Ron sentía que minutos atrás era como estar en una fantasía,  entonces no tenía idea de donde se encontraba ahora; eran un montón de sensaciones que sentía simultáneamente.

“¡Merlín! Harry nunca me contó que se sentía muy bien hacer esto”

Ambos chicos amortiguaban sus gemidos con besos que ahora eran un poco salvajes, el pelirrojo sentía que ya no iba a aguantar más en la mano del moreno.
-Zabini…
-Blaise
-Ya no puedo…
Y sin más se vino en la mano del Slytherin, esparciendo su semilla en los estómagos de ambos, Blaise se llevó sus dedos a la boca para probar la esencia del pelirrojo.
-Sabes delicioso – le susurró al oído, haciendo que nuevamente el chico enrojeciera y el moreno sonriera por esto.
Sin embargo, también Zabini ya estaba llegando dentro del pelirrojo y aceleró más el movimiento logrando que Ron tuviera su segundo orgasmo en ese día. Ambos chicos quedaron exhaustos por la acción y se mantuvieron quietos así un buen rato, no sin antes darse un último beso.

*****

Harry ya se encontraba en el Gran Comedor desayunando, recorrió la mirada hacia la mesa de los Slytherin y no pudo evitar buscarlo y sí ahí estaba nuevamente: Theodore Nott solo, siempre aislado de sus compañeros, ¿por qué siempre se sentaba aparte de los demás? O no será que ¿Draco Malfoy tenía algo que ver?, después de la humillación que el rubio le hizo pasar el año anterior, todos los de esa casa se la pasaban burlándose de él a excepción de ese chico, Theo, y quién sabe a lo mejor Malfoy le exigió a sus compañeros de casa que le aplicaran la regla de hielo por no seguirlos, por eso se encontraba sentado ahí en la cabeza de la mesa del lado de la puerta del aula de los trofeos  y los dos lugares de ha lado vacios, aunque siendo sinceros nunca le había prestado atención hasta lo que ocurrió el año pasado, así que no sabría si siempre se había sentado en ese lugar o fuera por causa de…
Harry abrió los ojos como platos cuando cayó en cuenta que llevaba demasiado tiempo viéndolo y ahora  el Slytherin también lo veía y le enviaba una leve sonrisa, el ojiverde sintió ruborizarse ante aquella acción y mejor se concentró en su desayuno, pero aun así se preguntaba ¿por qué ese Slytherin no se unió a las humillaciones dedicadas hacia él? No era que le gustaran pero, él era un Slytherin ¿no? Y tenía que actuar como tal o ¿no? En lo que se preguntaba todo esto escuchó a su amiga Hermione llegar, muy alterada por cierto y dejándose caer en la banca mientras le preguntaba
-¿Dónde estará Ron? Él nunca se pierde el desayuno.
-Te dije en la mañana que lo más probable es que ya esté en busca de su libro de pociones – le  explicaba Harry – o a lo mejor esté haciendo la redacción de Herbología, porque Zabini tampoco está.
-¿Crees que Ronald Weasley prefiera hacer los deberes antes que desayunar? – le  preguntó sospechosa la castaña.
-Hermione ¿no estarás celosa? – la  chica puso cara de interrogación – de  que ellos sean los únicos de haber hecho los deberes.
-No, por supuesto que no, además tengo buena excusa por no haberlos hecho.
-A ¿sí?
-Sí… y además no voy a dejar que Pansy se salga con la suya, la haré trabajar así sea lo último que haga – Harry  alzó las cejas de sorpresa, aunque era más por lo tenaz que podría llegar a ser su amiga y…
-Por las barbas de Merlín ¿En dónde demonios estabas Ronald Weasley? – gritó  de repente Hermione al ver a su amigo sentarse a un lado de ella, pero que luego cambió de parecer y se sentó a un lado de Harry, por su lado el pelirrojo estaba que se moría de la pena por lo que había ocurrido minutos antes.
-No me molestes Hermione – fue  lo único que atinó decir.
-¿Estabas con Zabini? – le  preguntó la castaña al ver entrar al Slytherin al comedor con una sonrisa de oreja a oreja en su rostro y el pelirrojo solo asintió con la cabeza.
-Ya ves Hermione – se  defendió Harry – ellos  ya lo hicieron – Ron  que apenas había dado un trago a su jugo de calabaza lo escupió sin querer a su amigo por el comentario que hizo.
-¿Cómo dices? – le  preguntó con una voz casi apagada, en esos momentos ya no se sabía qué era más rojo: su cabello, su túnica o su cara.
-La redacción de Herbología, Hermione aún no puede creer que ustedes ya lo hayan hecho y ella ni siquiera empieza la suya.
Hermione salió del Gran Comedor, sin hacer comentario alguno, iba muy enojada.
-¿Y qué tal estuvo? – le preguntó Harry a su amigo, el cual solo se encogió de hombros y siguió o mejor dicho fingió seguir tomando su jugo de calabaza – supongo que bien, porque Zabini se ve muy satisfecho.

*****

Una vez en el invernadero, los chicos no esperaron a que la profesora llegara y les recordara que tenían que trabajar en parejas nuevamente. Así que, Malfoy se fue derecho hacia donde Neville se encontraba.
-Longbottom.
-Buen día Malfoy – le  saludó nervioso el Gryffindor – ayer intenté hacer la redacción pero…
-Buenos días alumnos – entró  la profesora – para  no perder más tiempo, dejen aquí sus redacciones.
Todos los alumnos se miraron entre sí y luego a la maestra con semblante de inocencia.
-Por las caras que veo, debo suponer que nadie hizo la redacción ¿verdad? – los  alumnos asintieron con un gesto de tristeza – si  nadie hizo los deberes ¿entonces, qué estuvieron haciendo ayer?
Con esta simple pregunta, todos los alumnos tuvieron para perderse en sus pensamientos:

Neville: “caer accidentalmente encima de Draco y casi pude besarlo y…  ah sí, luego apareció Snape”.
Draco: “devolver una estúpida recordadora y mi recompensa fue: otra ida a la enfermería ¿por qué demonios no me esperé hasta hoy para dársela? Y así me hubiera ahorrado el viaje a la enfermería”.
Harry: “leer el título del capítulo como cincuenta veces y aun así mi compañero no entendió nada, así que saqué un montón de libros, que por cierto causaron que me cayera y ser ayudado por… él”
Goyle: “dar mi mejor actuación de un trol sin cerebro. Por cierto Nott me debe cincuenta galeones”.
Theo: “esperar a mi compañero de deberes por dos horas, ayudar a Harry… y dar mi segundo paso hacia él”.
Ron: “fui manoseado por Zabini, aunque hoy…”
Blaise: “hacer una linda nota para Weasley y hoy algo excitante en las mazmorras”.
Hermione: “amenazar a Pansy si no se ponía las pilas aunque eso no resultó nada bien”.
Pansy: “ser amenazada por Granger, aunque terminé chantajeándola”.

Como la maestra no vio respuesta de los chicos y después de una observación hacia los de Gryffindor…
-Chicos de Slytherin ¿Qué le hicieron a los alumnos de Gryffindor que hoy se ven demasiado cansados?
-Nada que no quisieran – saltó  de repente Zabini y Ron en esos momentos deseó ser un elfo doméstico para poder desaparecerse.
-Bueno, se los pasaré por esta vez, pero si lo quiero para la próxima clase y esta vez tendrán todo el fin de semana para hacerlo sin excusas por favor- sentenció la maestra
Todos los alumnos asintieron con la cabeza, la profesora repasó algunos temas y cuando menos se lo esperaron ya había terminado la clase; Harry se acercó a la profesora para pedir un posible cambio y para su sorpresa la maestra le dijo
-Estás de suerte Potter. Señor Finnigan y Señor Nott podrían venir, usted también Señor Goyle.
-Me parece que dos de ustedes tienen problemas con sus compañeros – comenzó  la profesora al tenerlos reunidos – así  que, harán un intercambio, de ahora en adelante usted Señor Finnigan trabajará con el Señor Goyle y usted Señor Potter con el Señor Nott y ya no se aceptan más cambios ¿entendido?
-Sí, profesora – contestaron los chicos obedientes.
La profesora se retiró del salón dejando a sus alumnos para que se pusieran de acuerdo, Seamus y Goyle  fueron los primeros en ponerse de acuerdo e irse, dejando solos en el aula a Theo y a Harry.
-Bien, pues cuando quieres que hagamos la redacción Potter? – Le  preguntó desinteresadamente Theo al Gryffindor.
-Mañana o ¿estarás ocupado? – le  preguntó receloso.
-No, está bien mañana – le contestó Theo encogiéndose de hombros y le dio una palmada en el hombro como despedida – hasta  entonces, nos vemos frente al lago – y  sin más Nott salió del aula, Harry cada vez estaba más sorprendido por la actitud de ese Slytherin  ¿qué demonios le ocurría? ¿Por qué tanta amabilidad por parte de él?
Por otro lado Theo iba con una gran sonrisa en su rostro, cada vez estaba más sorprendido por lo rápido que iba su plan, pues sinceramente creyó que su primer paso tardaría más en darlo. Primeramente porque el ojiverde siempre estaba rodeado de la chica Granger y el chico Weasley, por lo tanto no habría manera de encontrarlo solo y en circunstancias donde él pudiera ser de gran ayuda para el león.
Más sin embargo la oportunidad le llegó el día anterior, cuando después de estar esperando por más de dos horas a su compañero de deberes para hacer la redacción y  el chico jamás llegó, sí, a lo mejor el Slytherin se caracterizaba por la gran paciencia que tenía pero, hacerlo esperar durante dos horas ya era una grosería, así que se convenció de que el muy desconsiderado Finnigan lo dejó plantado, emprendió su camino a su sala común para encontrarse saliendo de la biblioteca nada más y nada menos que Harry Potter, y en unas circunstancias que no podría desaprovechar  (de pronto el plantón de Finnigan ya no le molestó en absoluto)  así que, le lanzó un Confundus  (aprovechando que no podía ver hacia donde iba por la torre de libros que cargaba) y un diffindo en su mochila, aunque se sintió terriblemente mal por haberlo hechizarlo, pero era lo mejor si él quería que el Gryffindor notara su existencia, lo que no contaba era que el Gryffindor fuera demasiado orgulloso y prejuicioso, pues cuando notó que el que le iba a ayudar era un Slytherin negaba su ayuda, pero no tuvo opción al ver que no podía él solo con sus cosas.
Y en cuanto al segundo paso de su plan, bueno no se pudieron acomodar mejor las cosas, pues pondría de pretexto el plantón de dos horas de su compañero de deberes para quejarse con la profesora, pues de ante mano sabía que el Gryffindor también lo haría (gracias a la gran actuación de su amigo grandulón por comportarse como un trol sin cerebro) así que, la profesora los pondría a trabajar juntos, sí todo marcharía muy bien o al menos eso él quería creer, pero no estaba del todo equivocado ya eran compañeros de deberes, así que solo era cuestión de tiempo para ganarse la confianza del Gryffindor  y en consecuencia su corazón.

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