Cómo llegar a tu corazón
Capitulo Treinta y Tres: Descubrimientos y una promesa
Una chica rubia estaba tras una puerta escuchando atentamente la conversación que se estaba llevando a cabo dentro de aquella oficina. No es que le gustara espiar, de hecho eso iba en contra de su prestigiada educación, más sin embargo, el tema o mejor dicho el asunto que se estaba tratando en aquel lugar era de gran importancia para ella.
-¿Qué demonios estas haciendo Daphne? – la voz de su hermana menor, justo a tras de ella, la hizo sobresaltar.
-Ssh – le recriminó la chica – ¡Esto es importante! – le aclaró, mientras la invitaba a escuchar a ella también.
-Creí que ya no haríamos esto – le reprochó Astoria.
-¿No quieres saber lo que dice tu futuro suegro? – tentó la rubia mayor.
-¿El Sr. Malfoy está ahí? – preguntó asombrada Astoria.
-Esta con papá, creo que es algo sobre el Pacto.
Luchando con espiar o no, la hermana menor al fin accedió y se colocó a un lado de su hermana.
Del otro lado de la oficina estaba Lucius Malfoy y John Greengrass. Ambos con semblante serio.
-Es mejor empezar de una vez – dejó salir Lucius después de varios minutos de silencio – es evidente que Nott no vendrá – Greengrass suspiró ampliamente.
-Es una pena.
-¿Y bien? – presionó Lucius.
-El compromiso será dentro de dos días – le comunicó el dueño de la mansión.
-Me parece perfecto – opinó Lucius – es arriesgado a esperarse más tiempo.
Por supuesto que era arriesgado a esperarse seis meses más (que era cuando de un principio iba a ser el compromiso) después de haber escuchado a las hijas de su interlocutor el día anterior, sabía que algo pasaría en ese lapso tiempo y era mejor adelantar las cosas, para que los chicos no intentaran más cosas arriesgadas, tal como lo había hecho el chico Zabini. Pero lo que le preocupaba a Lucius, era lo último que había escuchado decir a la chica Greengrass, el asunto de Longbottom. Fue una lástima que en el momento en que hizo su aparición en aquel cuarto de la mansión Zabini, las chicas Greengrass ya no estaban. Pero eso no significaba que él dejaría en paz ese asunto. Por supuesto que no.
-Así es – le respondió Greengrass sacando a Lucius de sus pensamientos.
-Y ¿Qué harás con el chico Nott? – quiso saber Lucius – escuché por ahí, que no quiere cumplir el Pacto.
-Lo hará – confirmó complaciente Greengrass – ya me encargué de eso.
-¿En serio? – Dejó salir dubitativo Lucius - ¿y crees que Nott lo permitirá?
-Claro que lo hará, solo fue cuestión de hacerlo ‘recodar’.
-Le recordaste la muerte de su madre – afirmó el rubio enarcando una ceja, ya que él estaba al tanto o al menos una parte de esa historia – no creí que fueras a caer tan bajo John.
-Haré lo necesario – habló seriamente Greengrass – no dejaré que mi hija se mate enfrente de su hijo, tal como lo hizo Susan delante del suyo.
Ambos hombres se quedaron sumidos en sus pensamientos, sin decir palabra alguna.
-¿Daphne? – preguntó de pronto Astoria al ver a su hermana más pálida de lo normal.
-La… la madre de Theo, ¿no se llamaba Susan? —la chica se veía realmente consternada por lo recién escuchado. Y sin ser totalmente consciente de lo que hacía, unas lagrimas resbalaron por sus mejillas, lentamente las piezas sueltas que tenía en su cabeza comenzaron a ensamblar.
-¡Daphne! – le volvió a llamar su hermana menor, pero la chica solo negó con la cabeza y se escabulló del lugar lo más rápido posible.
*****
Harry, Ron y Neville habían sido citados por Draco en aquel jardín trasero del castillo. Los tres chicos estaban nerviosos pues aún no estaban al tanto de lo que había ocurrido el día anterior en el compromiso de Blaise, ya que lo único que sabían era que Blaise se había ido a la mansión de Theo.-¿Y Blaise?
-¿Y Theo?
Cada uno de los Gryffindors, preguntaron por sus respectivos novios al llegar al lugar citado, a Draco.
-Aquí – dijo Blaise al llegar también. Ron corrió en su búsqueda a abrazarlo.
-y… ¿Theo? – volvió a insistir Harry al ver que su novio no aparecía.
-Él, no va a venir — explicó Blaise – está un poco indispuesto Harry, pero pronto lo hará.
-¿Qué ocurrió? – preguntó Neville, el cual estaba abrazando a Draco, al ver que su amigo ojiverde de pronto se había quedado sin palabras.
Draco y Blaise contaron lo ocurrido el día anterior, durante la anulación del Pacto y lo que ocurrió hasta el momento en que ambos tuvieron que separarse.
-…Y después el Señor Nott y yo continuamos en la búsqueda de Theo, hasta que lo encontramos en unas de la habitaciones desocupadas de la mansión, él estaba con el Señor Greengrass – terminó el relato Blaise.
A Harry se le dificultó hablar, así que solo opto por tragar saliva ¿Qué le habría dicho el Señor Greengrass, para que Theo se sintiera indispuesto para regresar al colegio?
-Él pronto regresará – le reconfortó Draco. Harry solo asintió torpemente.
-Disculpen… yo… — y no sabiendo más que decir, Harry se dio la vuelta y se fue dejando a los chicos con un sabor de boca amargo.
-¿Seguro que Theo está bien? – esta vez preguntó Ron.
-Pronto lo estará – prometió Blaise, aunque sinceramente no lo sabía.
*****
De un sobresalto se despertó. Tardó varios minutos para darse cuenta que se encontraba en su habitación. -Hola hijo – le saludo un señor ya mayor.
-Papá – murmuró Theo a modo de saludo.
El Señor Nott lo observó lentamente, Theo traía unas terribles ojeras y sus ojos aún estaban hinchados, consecuencia de haber estado llorando la noche anterior. El mayor se adentro a la habitación y se acercó hasta la cama de su hijo. El Slytherin se sentó en la orilla, aún decidiéndose si levantarse o no.
-Theo… — el mayor lo abrazó, al llegar a su lado – Susan, tu madre, ella te amaba. Ella sufrió mucho por lo del Pacto, pero aún así, ella te cuidó y te amó – el chico escuchaba atentamente a su padre, aunque nada de lo que le dijera le traería consuelo, es decir… su madre, su madre había muerto no por haber cumplido por el Pacto, sino por él. El Pacto exigía traer un heredero y solo así podían ser libres de toda responsabilidad – nunca fuiste una carga para ella y jamás, jamás te llegó a odiar.
-Claro que lo hizo – reclamó Theo separándose del abrazo – ¡y tú me hiciste olvidarlo, a pesar de que te dije que no!
-Porque así no era ella. Tu madre estaba enferma, ella sufría de crisis nerviosas y cada vez que ella se sentía presionada por algo, las crisis le invadían.
-¡No es verdad!
-Theo, yo conocí mejor que nadie a tu madre. Greengrass te contó solo una milésima parte de la verdadera historia. Él solo quiere que tú cumplas el Pacto porque según él su hija te ama y prefiere que el que sufra seas tú y no su hija.
A Theo todo le daba vueltas dentro de él, solo retumbaba en su cabeza, las palabras: Pacto, muerte y culpa.
-Greengrass te hizo recordar y tomarse de la muerte de tu madre, para que tú accedas ante el Pacto, Theo, por favor escúchame – el Slytherin ya no sabía qué creer, estaba todo confundido y solo quería salir de ahí, esfumarse, estar solo y pensar claramente lo que haría.
-Quiero estar solo…
-Tú no tienes la culpa de la muerte de tu madre, solo recuerda eso – le dijo Nott. Le dio un beso en la frente y luego salió de la habitación.
*****
Todo se estaba complicando, eso pensaba Draco, mientras se dirigía a la oficina de su padrino. Minutos atrás había recibido una nota de su padre, en la cual le informaba que tenía algo importante que decirle. Llegó a las mazmorras y se detuvo unos instantes en la puerta antes de entrar.La verdad, era que tenía un mal presentimiento. Suspiró largamente y abrió la puerta.
La imagen que tenia frente a él, era algo que lo metió en una especie de shock.
Su padrino, es decir Severus Snape, estaba sentado en su escritorio y delante de él había un tipo (el cual no supo identificar, pues estaba de espaldas hacia él) estaba prácticamente ‘comiéndoselo’, con todo el sentido y extensión de la palabra, a besos. Snape con sus largas manos acariciaba la espalda de su ‘novio’ (o al menos eso creyó Draco aun aturdido) y éste hacia lo mismo con él.
-¿Padrino? – preguntó saliendo de su espasmo Draco.
-¡Draco! – fue la tonta respuesta de Snape, separándose rápidamente de Sirius y levantándose del escritorio.
-¿Qué…? ¿Black? ¿En serio? ¿El padrino de Potter? – reprochaba Draco.
-Draco, déjame explicarte algo…
-¿En serio? ¿Cómo qué? – Ironizaba el rubio – ¿como que eres parte de la moda y no me lo habías dicho? ¿Desde cuándo? – exigía Draco, pues sinceramente se sentía un poco indignado por la falta de sinceridad de aquel hombre.
-Emh… mejor los dejo solos – se excusaba Sirius un poco abochornado, saliendo del lugar.
-Draco – le llamó Snape – escúchame…
-Ya estás aquí – la voz de Lucius entrando a la oficina los interrumpió.
*****
De camino a la Sala Común, Harry iba envuelto en sus pensamientos y todos apuntaban a lo mismo: Theo cumpliría el Pacto. No de en balde Greengrass había hablado con él y esa sería la única razón por la que Theo estaba ‘indispuesto’. Suspiró pesadamente.
Antes de llegar a su destino, vio una silueta parada frente en la entrada, no fue sino hasta estar a cinco pasos para darse cuenta de quién se trataba.
-Theo… — Murmuró.
-Hola – le regresó el saludo con una sonrisa, aunque triste. El ojiverde corrió y lo abrazó fuertemente.
-¿Estás bien? – le preguntó preocupado.
-De hecho… no – confesó sinceramente Theo – ven, quisiera decirte algo – le dijo el Slytherin mientras lo tomaba de la mano y se dirigía hacia la salida.
Ambos chicos no se dieron cuenta, que eran observados por alguien.
*****
Draco corría por los pasillos del castillo, importándole un bledo toda elegancia aprendida. Solo tenía un pensamiento en mente: Neville Longbottom.Al fin lo pudo ubicar cerca del lago donde estaba recolectando algunas hierbas, seguramente para las futuras clases de la profesora Sprout.
-¡Neville! – Draco le llamó entrecortadamente desde afuera del lago. El aludido, quien estaba centrado en cortar de manera perfecta la raíz de una hierba acuática, se sobresaltó mucho haciendo que sus intentos de cortar perfectamente aquella raíz se desvanecieran – ohh… disculpa – murmuró Draco al darse cuenta de lo ocurrido.
-Está bien – susurró Neville saliendo del Lago y observando a Draco un poco inquieto - ¿estás bien?
-Ven – le respondió Draco extendiéndole la mano. El Gryffindor se la extendió un poco inseguro. El rubio lo guió hasta el castillo.
-Longbottom… — gruñó Lucius Malfoy, el cual había observado la escena desde el otro lado del lago.
Después de haber hablado con Draco en la oficina de Snape, había decidido seguirlo y de una vez salirse de la maldita duda que lo consumía cada día, ya que no permitiría jamás que su primogénito fuera parte de la maldita moda, por supuesto que no. Y ahora que su duda, se convertía en una afirmación, tenía que buscar la manera de que Draco cumpliera sí o sí con el Pacto, aunque eso significara hacer a un lado al idiota de Longbottom.
Tenía que jugar muy bien sus cartas… por supuesto que sí.
*****
[En algún lugar de los jardines de Hogwarts]Harry estaba demasiado callado, para el gusto de Theo, tan solo minutos atrás le había contado todo lo que ocurrió en el compromiso de Blaise y todo lo que le había hecho ‘recordar’ Greengrass sobre lo de su madre.
-Lo… lo siento – solo atinó a decir el ojiverde.
-Hay… hay algo más – le dijo Theo, viendo hacia la nada. Harry solo tragó saliva – el compromiso se ha adelantado, será dentro de dos días.
Harry cerró los ojos fuertemente. Theo con su mano derecha lo tomó de la barbilla e hizo que lo viera a la cara.
-Harry… cumpliré con el Pacto – Harry sabia que así pasaría, por supuesto. Theo para su pesar, era noble, demasiado, para ser un Slytherin – lo siento…
Harry asintió lentamente.
-Te amo… — le dijo Theo, cortó la poca distancia que había entre ambos y comenzó a besarlo suavemente.
Y aún sin saber que seguían siendo observados por la misma persona de momentos atrás.
*****
Aprovechando que aún no había nadie en la Sala Común, Draco se llevó a Neville allá, luego lo dirigió a su habitación, la cual selló con un hechizo.El Gryffindor estaba un poco nervioso, pues el silencio de Draco no le presagiaba nada bueno ¿Qué le habría ocurrido? O mejor ¿Qué estaba ocurriendo?
-Neville – le llamó Draco, mientras lo sentaba en la orilla de la cama y él se acuclillaba frente a su chico – te amo.
Neville entornó los ojos unos momentos, pero luego sonrió feliz.
-Yo también Draco – le confesó. Se acercó a él y le dio un pausado beso – te amo – le dijo sonrojado, después del beso, mientras lo veía a los ojos.
Draco le sonrió también mientras lo veía a los ojos. Aún sin poder creer en la gran suerte que había tenido por haberlo conocido, por haberse dejado conocer por él.
El rubio se levantó lentamente y se sentó a un lado de Neville.
-Mi padre vino a visitarme – anunció Draco con pesar. Era la hora de la buena y mala noticia – me ha dicho la fecha del compromiso.
-¿Cuando…? — murmuró a penas Neville.
-Dentro de dos días – un pesado silencio los invadió a ambos – Anularé el Pacto y le diré a mis padres sobre nosotros.
-¡Qué! – parpadeó alertado el Gryffindor.
-No quiero seguir ocultándote Neville, es hora de dejar de escondernos o de pretender algo que no soy – confesaba Malfoy – mi padrino tiene razón, es hora de romper cadenas, es hora de enfrentarme a mi padre.
-Pero…
Draco silenció a su novio con un par de dedos.
-Es hora Neville.
-Yo- yo no sé si pueda con mi abuela, ¿y si se decepciona?
-No lo hará – confesó seguro Draco.
-¿Cómo…?
-Eres un gran chico y una muy buena persona – Draco acariciaba la mejilla del moreno, mientras le confesaba lo que sentía – nadie se decepcionaría de ti, nadie.
-Draco – murmuró Neville cerrando los ojos – gracias.
-No te tienes porque darlas, es la verdad – Neville se sonrojó – te amo.
El Slytherin comenzó a besarlo pausadamente, entrando muy sutilmente en aquella boca, en aquella deliciosa boca. Neville rodeó el cuello del rubio con sus brazos, mientras le correspondía el beso.
-Me encantan tus besos – confesó Draco, mientras acostaba a su novio completamente en la cama. Lo volvió a besar – definitivamente me encantan – le dijo con una dulce sonrisa.
-¿En serio? – Preguntó Neville un poco cohibido — ¿nunca te cansarías de besarme?
-No. Jamás – le dijo Draco dándole un casto beso – no me cansaría de tu boca – otro beso – ni de tus sonrojos – le besó ambas mejillas – ni de tu mirada dulce – le besó los ojos – nada de ti – finalmente le dijo abrazándolo y besándolo por todas partes.
-Te amo Draco – le susurró Neville.
Draco lo vio a los ojos, estaba completamente enamorado ese Gryffindor, por supuesto que lo estaba, ¡Qué equivocado estaba su padre! Con su estúpido lema de ‘Los Malfoys no se enamoran’ que porque cuando lo hacían solo encontraban la desgracia. Pero Draco desde que sabía que estaba enamorado de Neville solo había conocido paz y felicidad.
Neville al ver que Draco se había sumido en sus pensamientos, volvió a rodear su cuello con sus manos y comenzó a besarlo lentamente, beso que instantes después fue correspondido. El Slytherin (que estaba arriba del otro) bajó sus besos al cuello, sacando leves gemidos de parte de su novio.
-Draco ahhh – gemía el moreno, antes las caricias de su novio.
El rubio comenzó a desabrochar la camisa de su chico, sin dejar de darle besos en el cuello y pecho. Neville también estaba con la tarea de quitarle la ropa a su novio o al menos esa era su intensión, ya que las sensaciones producidas por los besos y caricias de su rubio, no le dejaban hacer una buena labor.
A pesar de eso, ambos chicos, minutos después ya estaban sin vestimenta, seguían besándose de manera apasionada, muy lentamente, tratando de capturar cada parte de su cuerpo en cada beso, en cada caricia, en cada mirada…
Malfoy descendió sus besos del cuello al torso desnudo de Neville, mientras que éste acariciaba su espalada, pero nuevamente subió hacia su boca.
-Te amo Neville, te amo… — Le decía entrecortadamente, mientras lo besaba.
El Gryffindor le respondió con un beso mas demandante, mientras sentía cómo los miembros de ambos tomaban más fuerza a cada momento que se rozaban uno con el otro.
-Draco… yo…
-Shhh – le susurró el rubio en su oreja – lo sé…
Le decía el rubio mientras besaba su cuello y con una de sus manos buscaba a tientas su varita, pues sinceramente no sabía dónde exactamente había quedado.
Por su lado, Neville creía no poder aguantar más, necesitaba a su rubio Slytherin dentro de él, quería sentirlo ¡ya! Y se lo hacía saber haciendo movimientos de cadera hacia donde se encontraba su miembro. Y por supuesto que Draco también quería estar dentro de Neville, tanto tiempo habían esperado ese momento ambos, es decir, anteriormente habían estado así, pero no habían cruzado esa línea. Así que el rubio lo haría, pero lo haría de la manera menos dolorosa para el chico, quería que su atolondrado Gryffindor lo disfrutara…
Y así lo haría.
Neville se había puesto nervioso al ver a Draco arrodillado frente a él, mientras tenía en su mano la varita mágica.
-Es… es un simple hechizo que me enseñó Blaise – le dijo Draco un poco sonrojado – me dijo que… bueno…
-Está bien – aprobó Neville, lo último que quería escuchar era saber cómo demonios Blaise y Draco habían terminado hablando sobre los hechizos lubricantes. Y si Blaise lo recomendaba era porque en verdad servía, es decir… era lo que últimamente hacían su amigo Ron y Blaise. Demostrarse amor.
-Solo… relájate – recomendó Draco, mientras volvía a la tarea de besarlo.
Neville iba a protestar, es decir, con solo decirle ‘relájate’ no lo iba a ser, por más que amara al chico, sin embargo, esos besos, esas caricias… en verdad lograron relajarlo. Absorto en esas sensaciones ya estaba, que al sentir una fría sensación dentro de él, lo hizo sobresaltarse. Pero que luego se le olvidó al envolverse nuevamente en los besos y caricias de su Draco.
-¿Listo? – preguntó Draco viéndolo a los ojos. Neville asintió sonrojado – si quieres que pare… solo me dices ¿de acuerdo? – el moreno volvió a asentir.
Draco volvió a besarlo, mientras entraba en él de manera lenta, procurando no lastimarlo. Neville al principio había cerrado los ojos y se había obligado a separarse del beso de Draco, para no gritar por el dolor que sentía, mientras que su rubio lo invadía lentamente. Sin embargo el dolor remitió y creyó que su novio se había detenido por haberse percatado de su dolor.
-¿Estás bien? – preguntó Draco viéndolo preocupado, Neville parpadeó.
-Sí – le dijo mientras ahora, él, le daba un beso a su chico.
Neville comenzó a mover su cadera, para darle a entender a Draco que estaba listo. Mensaje que fue entendido por el otro y comenzó con un vaivén dentro del Gryffindor. Movimientos que pronto se convirtieron en oleadas de placer para Neville.
Besos más demandantes acudieron al encuentro, al igual que las caricias y los gemidos por ambos chicos. Sobre todo, cuando Draco tomó el miembro de su novio con una de sus manos para darle atención y así llegar al mismo tiempo. Solo bastó un par de movimientos más por parte de ambos, para sentirse casi al clímax.
-¡Juntos! – propuso como pudo Neville.
-¡Juntos! – respondió igualmente, como pudo, Draco.
Y juntos alcanzaron el clímax. Draco dentro de Neville y el moreno en la mano de Draco.
Agitados por lo recién ocurrido. Draco descansaba en el pecho de Neville y éste le acariciaba su cabellera rubia.
-Draco, ¿crees que lo lograremos? – Le preguntó Neville distraídamente – ya sabes… el estar juntos…
-¡Claro que lo lograremos! – Le afirmó Draco viéndolo a los ojos – lo haremos juntos – le dijo con una sonrisa – estaré ahí para cuando hables con tu abuela.
-Y yo también lo estaré para cuando hables con tus padres – le dijo animadamente Neville — ¿crees que tu madre me acepte… a pesar de que asesiné a su Mimbulus Mimbletonia? – Draco enarcó una ceja y luego le sonrió.
-¡Claro que lo hará! Además le compraste otra ¿no? – Neville sonrió – O… ¿ya no quieres estar conmigo?
-¡Claro que sí! – Replicó el moreno – siempre estaré contigo Draco. Te lo prometo – aseguró Neville.
-Es una promesa entonces – le dijo el rubio – siempre estaremos juntos.
*****
En la habitación de los Slytherin el ambiente estaba tenso. Blaise esta vez se abstuvo de sus ‘bromitas matutinas’, en el fondo de sentía culpable porque estaba realmente muy feliz, las cosas con su lindo pelirrojo iban muy bien, demasiado.Desde que había regresado de su compromiso, había estado todo el tiempo con su novio, disfrutando que por fin era un ‘hombre libre’, mas sin embargo ahora, en estos momentos, tenia remordimientos por no haber aprovechado esos momentos para hacer algo con el asunto de la prometida de su amigo Theo.
-Buen día – saludó Draco, levantándose de su cama y dirigiéndose a la ducha.
-Buen día – le respondió Blaise, saliendo de su ensimismamiento.
El trío plateado salió de la Sala Común minutos después en absoluto silencio.
En cuanto llegaron al Gran Comedor, Theo se despidió de ellos y se dirigió a la mesa de los leones donde un Harry lo esperaba animadamente para su último desayuno juntos.
Draco se excusó con Blaise y se dirigió hacia las afueras del castillo donde lo esperaría un Neville son una gran sonrisa, lo cual agradecía enormemente el rubio, pues necesitaba precisamente eso, para reunir las fuerzas y desobedecer a su padre. Necesitaba a su atolondrado Gryffindor a su lado, su sonrisa, sus balbuceos, sus sonrojos, sus miradas… a él.
*****
[Mansión Greengrass]En esta ocasión, el compromiso se llevaría a cabo en el jardín.
Ambas chicas lucían un sencillo, pero elegante, vestido color blanco, con una diadema color blanco en sus cabelleras rubias.
La celebración se llevaría a cabo de varios minutos. Nuevamente como en el compromiso de Blaise. Draco, Theo y Blaise ya estaban reunidos en una esquina y con el único plan en manos: ayudar a Draco cuando anulara el Pacto, puesto que Theo ya les había dicho que él sí lo cumpliría.
-¿Estás seguro Theo? – insistió por quinta vez Blaise, quien sabe a lo mejor Theo cambiaría de opinión.
- Sí – le dijo rápidamente el aludido, sinceramente no quería hacerlo, pero no quería que su padre muriera, suficiente tuvo con saber que él fue el responsable de la muerte de su madre, no podría con la de su padre.
-Yo solo…
-Está bien Blaise – cortó el tema el Slytherin — ¿ya llegó tu padrino? – se dirigió a Draco.
-Sí, lo acabo de ver – informó Draco viendo cómo Snape platicaba con el Señor Greengrass.
Aun no podía creer que su padrino fuera parte de la moda, jamás le había pasado ese pensamiento, pero después del descubrimiento y de la confesión (del día anterior) no le quedaban dudas, pero en el fondo se alegraba, pues su padrino era feliz y eso era lo importante.
-¿Esta vez no viene Sirius? – preguntó Blaise al no ver aquel hombre de ojos azules.
-No – respondió Draco – creo que está de viaje o algo así…
Los tres chicos se tensaron cuando el Sr. Greengrass se encaminó hacia el centro del jardín, donde habían hecho una especie de pista, en el cual habían trazado el círculo del Pacto.
*****
Harry, Neville y Ron, aprovechando que era su último fin de semana de vacaciones, habían ido a Hogsmeade, aunque ni Harry ni Neville estaban de ánimos, pero el pelirrojo haciendo uso de sus recursos los pudo persuadir.Estaban en el pub ‘Las Tres Escobas’, habían pedido cervezas de mantequillas aunque casi no las probaron. Neville y Ron trataban por todos los medios hacer que Harry se animara un poco, pero esta vez había sido inútil, el chico simplemente se había sumergido en un ‘mutismo’.
Cuando Ron ofreció regresar al castillo, Harry fue el primero en levantarse y dirigirse hacia él, al estar a medio camino unos pequeños pergaminos se posaron delante de cada uno de los chicos, los cuales intercambiaron miradas extrañas entre ellos.
*****
Al igual que la ocasión pasada, el Sr, Greengrass comenzó un discurso parecido al del Señor Lovegood, con la excepción de que no habló de nada de ‘ciruelas dirigibles’. Anunció a su hija Daphne.La chica pasó al centro del jardín colocándose en medio del círculo con símbolos extraños.
Enseguida anunció a Theodore Nott, el chico dio un gran suspiro y se adentró al círculo igualmente, ante las miradas de impotencia de sus dos amigos.
La chica alargó la mano hacia Theo, el cual lo hizo sumisamente.
-¡Esperen! – habló Albert Nott fuera del circulo.
-Papá, ya está decidido – le dijo Theo seriamente.
-No lo permitiré – atajó Nott padre.
-Nott – gruñó Greengrass hacia el mayor.
-Señor Nott… todo estará bien – le dijo dulcemente la chica sonriéndole con sinceridad, el mayor frunció el ceño.
-Bien… - el mayor se alejó aun confundido con el asunto.
-No hagas tonterías Nott – le advirtió Greengrass y sujetándolo del brazo por si las moscas.
Dentro del círculo, Daphne apretó fuertemente la mano de su prometido, Theo dirigió su atención hacia las manos entrelazadas y luego hacia la cara de la chica, la cual le sonreía tristemente.
-¿Daphne? – preguntó ceñudo Theo ¿Qué demonios tramaba?
-Perdón por ser tan egoísta… Lovegood tenía razón.
-¿Qué…?
-Yo, Daphne Greengrass – comenzó la chica a recitar el hechizo interrumpiendo al chico – fui elegida por el Hechizo de la Marca, para cumplir con el Pacto Pureblood, eligiendo como pareja para llevarlo a cabo ha Theodore Nott – el círculo comenzó a emanar energía pura a su alrededor – Siendo hoy el día del compromiso, me presento voluntariamente a cumplir con el Pacto – el círculo cada vez se hacía más fuerte ante las palabras de la chica y ésta dio otro apretón a la mano del chico, el cual parpadeó nervioso – no obstante, he de prescindir ante tal responsabilidad – Theo entornó a los ojos y vio sorprendido a la chica – así mismo, libero a Theodore Nott de toda la responsabilidad que tenga que ver con el Pacto Pureblood y hacia conmigo.
-Daphne… — murmuró Greengrass a lo lejos – pero… ¿Por qué?
-Al menos tu hija es mejor persona que tu – dejó salir Nott, soltándose del agarré del otro y sonriendo ampliamente.
-Es tu turno – animó la chica al castaño – vamos Theo.
-Gracias Daphne – le dijo conmovido el chico. Ella solo sonrió – Yo, Theodore Nott, fui elegido como pareja por Daphne Greengrass para cumplir con el Pacto Pureblood. Siendo hoy el día del compromiso, me presento voluntariamente a cumplir con el Pacto, no obstante, he de prescindir ante tal responsabilidad, la cual ha sido aprobada por mi prometida Daphne Greengrass – terminó de decir el hechizo el castaño.
Ambos chicos fueron envueltos por un aura mágica, que parecía venir de adentro de cada uno de ellos: El Hechizo de la Marca. El aura mágica que los envolvía se disolvió arriba de ambos, dejándolos libres de responsabilidades. Y el aura que envolvía el círculo poco a poco disminuía.
-Eres libre – le dijo la chica con ojos llorosos.
-Yo… gracias – dijo nuevamente Theo, abrazándola nuevamente.
Los invitados, que al parecer la mayoría había ido al compromiso anterior, sabían que las cosas no terminarían muy bien que digamos, a pesar de que en esta ocasión nadie parecía alterado por la anulación del Pacto, pero aún así iban retrocediendo simuladamente y otros sin mayor pudor desaparecían del lugar. Definitivamente… algo ocurriría.
-Draco – gruñó Lucius a su lado, después de apartarlo hábilmente de Blaise – más te vale no cometer una locura.
-O ¿qué padre? – Tentó Draco – ¿me desheredarás?
-Al parecer… ese Longbottom te da seguridad ¿cierto? – Draco entornó los ojos algo asustado. Tragó saliva.
-No sé de qué habla – trato de hacerse el desentendido.
-Sé tú pequeño secreto… — le susurró al oído – ahora ve y cumple con el maldito Pacto, sino quieres que el idiota de Longbottom sufra las consecuencias.
Draco lo miraba perplejamente ¿Cómo demonios se enteró su padre de su relación con Neville? Aun lo miraba atentamente tratando de averiguar cómo demonios se enteró, cuando un Jonh Greengrass lo llamó al centro del jardín.
-Sin hacer idioteces Astoria – escuchó Draco que Greengrass le advertía a la chica y luego le enviaba una mirada de advertencia a él.
Theo estaba a un lado de Blaise aun sin creer lo que recién había ocurrido, no podía esperar más para regresar al castillo y darle las muy buenas noticias a su amado ojiverde. Justo en eso pensaba: en Harry, cuando literalmente se materializó frente a él.
-¿Harry…? ¿Pero…?
El Slytherin parpadeó algo confundido y volteó a ver a su amigo Blaise, para saber si el también estaba viendo lo mismo que él, pero su amigo moreno parecía estar pensando lo mismo que él, ya que ante éste estaba parado Ronald Weasley. Ambos chicos recién aparecidos, con un pedazo de pergamino en la mano.
Draco se metió en el círculo junto con Astoria, aun algo aturdido por lo que su padre le había dicho. Le había dado vueltas al asunto y llegó a la conclusión de que su padre no le podía hacer nada a Neville, sobre todo porque éste estaba en Hogwarts y allí estaba seguro ¿cierto?
Mas fue su sorpresa, cuando al buscar a su padre, vio que Neville, su Neville, su atolondrado Gryffindor, estaba a un lado de su padre y éste le lanzaba una mirada de advertencia.
Draco, por primera vez, tuvo miedo a desobedecerlo.
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apuesto a que la persona que estaba "espiando" a harry & theo era daphne y al ver el "amor" entre estos se arrepintio o no (?)
ResponderEliminarpero draco no puede cumplir el pacto por que astoria hara la primera parte del conjuro liberador eso la mataria no(?)
espero con muchas ansias el proximo capitulo quiero saber que pasa
Att:Taeko-kun
Pues sip, ella misma es, ose Daphne, pues fueron varias cosas de las que se enteró, como la historia de la madre de Theo y esa conversación de Theo con Harry fue lo ultimo que tuvo para tomar esa desición n.n
EliminarAsi es la mataría a ella, pero si no lo cumple al que ''mataran'' será a Neville U.U o esos son los planes de Lucius ¬¬
Jjeje sip ya lo subo en unos momentos n.n
Besitos
PISLIB n_n
eso pense hoy mismo jeje ;)
ResponderEliminarAtt:Taeko-kun