Los cinco elementos.
Capitulo Diez:
Malos entendidos
Hermione observaba de manera extraña a Scorpius, incluso creyó que el pequeño había sufrido un pequeño ‘incidente’o algo parecido, por la forma en cómo le hablaba y de la manera de cómo veía las cosas, pero en esos momentos vio aparecer a Draco Malfoy en la puerta de la cocina.
-¿Scorpius?
El ex Slytherin parecía algo preocupado, pero luego se había tranquilizado al ver a su hijo, no se podría decir lo mismo de ella, pues estaba algo ‘desconcertada’, pues al parecer el rubio tal como se había ido a dormir la noche anterior, así se había levantado para ir en busca de su hijo.
Hermione, no estaba acostumbrada a ver chicos vestidos solo con el pans del pijama, ni mucho menos que estuvieran paseándose como si tal cosa por su departamento, incluso Terry, su prometido, no lo hacía, por respeto a ella. En cambio Draco Malfoy, no parecía estar siquiera ser consciente de la presencia de ella o que le importara mucho si le faltaba el respeto o no.
La ex Gryffindor observaba a Malfoy de una manera curiosa, al parecer el chico parecía estar muy pendiente de su hijo, pues lo vio acercarse hasta con él y tomarlo entre sus brazos, ambos hacían un cuadro hermoso, es decir, no todos los día puedes observar a un padre joven, sexy, semidesnudo, con un cuerpazo en medio de tu cocina abrazando cariñosamente a su hijo, el cual también era hermoso.
En algún momento no sabía cual exactamente, Hermione había desviado su vista de las caras de ambos Malfoys al torso del chico…
-¡Granger! Buen día… no, no te había visto… – Hermione escuchó que la llamaban lejanamente - ¿Granger? – esta vez la voz se escuchó más claramente, sacándola de su ensimismamiento.
-Emh, ¡Malfoy! Yo emh… - comenzó a balbucear la chica algo abochornada, al recordar que la noche anterior se había ido a dormir con una pijama que constaba solo de una blusa pequeña y un mini-short. Se sonrojó en demasía. La noche anterior le había parecido genial usar esa pijama, porque hacía un calor de los ‘mil demonios juntos’, aunque ahora ya no le parecía tan buena idea.
-Papi, el microondas ‘dice’ que somos ‘Los visitantes’, pero no es verdad, somos ‘Los Malfoy’ ¿verdad? – preguntó de pronto Scorpius, pero Malfoy observaba de manera intrigante a Granger, que al parecer estaba teniendo una lucha interna consigo misma.
-Siento las molestias que te causó Scorpius – le dijo Draco.
-No, no es ninguna – contestó Hermione acercándose a una silla, para así ocultar la mitad de su cuerpo.
-¿Papi? – insistió Scorpius.
-Scorpius, no beberías… - aprovechando que Draco estaba hablando con su hijo, Hermione sacó su varita e invocó su bata de dormir, la cual la cubriría totalmente, así que, cuando el rubio se dirigió hacia con ella, ya la tenía puesta.
-Les dejaré algo de comer antes de irme al Ministerio y…
-No es necesario Granger, sé cómo hacerlo – explicó el ex Slytherin.
-Está bien – dejó salir la chica un poco indignada por su ayuda rechazada, pero qué mas esperaba, es decir, se trataba de Malfoy – los veré en la noche, suerte y con algo de información sobre el hechizo – le informó y se dispuso a salir del lugar.
–Granger – la llamó Draco antes de que la chica saliera de la cocina – ¿aún tienes ese feo gato? – Hermione enarcó una ceja, clara señal de desacuerdo – no, no me malinterpretes – se apresuró a decir Draco, ya que la mirada de la chica, le hizo recordar aquel fatídico día del tercer año, cuando la chica le había dado un golpe en la cara* — es por Scorpius, tiene ‘fobia’ a los gatos.
Hermione observó a Draco directamente a los ojos, como si quisiera notar algún indicio de broma o algo parecido, pero no encontró nada y luego pasó su mirada hacia al pequeño Scorpius, el cual estiraba sus manos hacia la canasta del pan. Sonrió ampliamente.
-En realidad… sí lo tengo – comenzó a decir mientras caminaba hacia la mesa y acercaba a Scorpius una pieza de pan – pero está en una veterinaria internado, está enfermo, supongo que es por la edad – suspiró con resignación la chica – tardara un tiempo en regresar, así que no habrá problema si eso te preocupa – le dijo amablemente y Draco asintió torpemente – ya me tengo que ir, no suelo llegar tarde al Ministerio – aclaró con voz firme a la vez que pasaba su mano por la cabecita de Scorpius y se dirigía a su habitación a cambiarse.
*****
Cuando Theo abrió los ojos se encontró en lugar extraño, al parecer estaba en una cabaña, o al menos eso él quería creer. Se quiso incorporar pero un dolor terrible lo invadió repentinamente en todo su cuerpo, recordándole los crucios recibidos con anterioridad. Lo cual lo llevó al otro asunto: Voldemort.
Justo cuando pensó en aquel nombre, ese ser de ojos color carmesí apareció justo frente a él. Como si con el pensamiento lo hubiera invocado.
-Levántate – siseó el Lord, pero el ex Slytherin no se movió de su lugar – Imperio – dijo el líder de los Mortífagos.
Theo a pesar del terrible dolor que sentía, se vio a si mismo levantarse sin queja alguna.
-El chico Nott – murmuró Voldemort – el poseedor del don del elemento del aire…
El chico solo se limitó a fulminarlo con la mirada, ni siquiera se sorprendió porque el Lord se había enterado de aquel ‘detalle’ pues de ante mano sabía que solo era cuestión de tiempo de que lo supiera.
-Bienvenido a mi círculo de reservas – decía Voldemort caminando de un lado a otro – mi mortífago encubiertose encargará de ti, después de todo, podrían ser amigos…
Sin decir más palabra el Lord se dio la vuelta y salió del lugar, dejando a Theo caer de pronto al quitarle el hechizo. Theo cayó sentado con la respiración agitada, mientras en su mente retumbaban las palabras del Lord.
“Círculo de reserva”
*****
En las próximas horas, Draco trató de poner todas sus ideas en orden, mientras veía a su hijo jugar de un lado a otro, en la sala. Al rubio mayor le preocupaban muchas cosas. Después de darle muchas vueltas, se resignó a dejar el asunto de su esposa difunta en paz, después de todo, no había cuerpo que enterrar, ella simplemente se había desvanecido, para ser parte de la Naturaleza.
Estaba también, el asunto de su amigo Theodore Nott, aunque con él no había tanto problema, es decir, solo le preguntaría a Granger que le preguntara a Lovegood sobre él ¿cierto?
Y por ultimo estaba el asunto de Blaise Zabini, del cual no tenía noticias, pues no tuvo tiempo de preguntarle a Nott sobre él, por el asunto de los Mortífagos.
-Papi – el pequeño Scorpius lo sacó de sus pensamientos – el DVD dice que tengo las manos sucias, pero no es verdad – decía el niño enseñándole sus pequeñas manitas, mientras fruncía el ceño. Draco se acercó a él, lo cargó y se sentó en el sillón.
-Scorpius, además de hablar con el DVD, la televisión… – Malfoy comenzó a mencionar los electrodomésticos - ¿A quién más has escuchado hablar?
Scorpius ladeó un poco la cabeza cómo queriendo saber a qué se refería exactamente su padre, pero antes de que contestara, se escuchó un ‘puf’ de una aparición, sobresaltando a ambos.
*****
Theo se había recargado de una de las paredes cercana de donde estaba, ya que no podía moverse aún, al menos no cómo él quisiera. Cerró los ojos y se concentró en su alrededor, una suave brisa lo envolvió. Al parecer estaba en las montañas, no había nada de población a los alrededores, o al menos en los próximos veinte kilómetros a la redonda y al aparecer él se encontraba en una de las cuatro cabañas del lugar, las cuales eran ocupadas por…
Un ruido lo hizo salir de su análisis territorial.
-Levántate – una voz le ordenó, mientras lo ayudaba a levantarse.
Theo se incorporó a pesar del dolor, reprimiendo sus gemidos del dolor. Iba a preguntar a dónde demonios lo llevaban esta vez, cuando una nueva brisa lo invadió. Theo entornó los ojos, mientras que en su pecho sentía latir rápidamente como un loco a su corazón.
-Te quedarás aquí – le dijo un encapuchado misterioso dejándolo en el suelo, esta vez parecía que lo habían llevado a un sótano. El encapuchado salió del lugar ante una mirada muy penetrante por parte de Theo.
-¿Blaise? – murmuró Theo cuando aquel Mortífago misterioso salió de su campo de visión.
*****
-¿Potter? – preguntó parpadeando nervioso Draco al ver al ojiverde aparecerse frente a él.
-Hola, siento haberlos asustado — se disculpó, al verlos un poco alterados a ambos.
-¿Ocurrió algo? – preguntó preocupado Draco.
-No, solo te traía tus cosas, Ron y yo fuimos al ‘Refugio’ y solo pudimos recuperar unas cuantas cosas, porque lo demás estaba destrozado… lo siento.
-Está bien… gracias – murmuró Malfoy.
-¿Necesitas algo más? – preguntó Harry viéndolo un poco preocupado, pues Draco se veía algo conmocionado y no entendía el por qué.
-No.
-¿Quién es James? – preguntó de pronto Scorpius.
Harry parpadeó nervioso y observó atentamente al niño que estaba frente a él, sentado en las piernas de su padre, mirándolo atentamente.
-¿James? – le preguntó frunciendo el ceño Harry ¿Cómo demonios ese niño sabia de James?
-Tú lo dijiste – se defendió Scorpius abrazándose de su padre.
-No, yo no…
-Sí lo dijiste – insistió Scorpius.
-Scorpius – le llamó su padre y el pequeñito lo vio a los ojos un poco asustado – ve al cuarto ¿de acuerdo? En un momento te alcanzo.
-Pero... — Scorpius vio a su padre y luego a Harry y nuevamente a su padre. Resignadamente bajó de las piernas de su padre y se dirigió al cuarto, ante la mirada extraña de Harry.
-¿Cómo…? ¿Tu hijo sabe Legeremancia? – soltó de pronto Harry un poco confuso, en cambio Draco enarcó una ceja.
-No, es parte de su ‘don’… Scorpius posee el Quinto Elemento, el elemento de la Energía Pura.
-No entiendo, ¿cómo es que…?
-Potter no quiero sonar mal educado, pero esta explicación la daré cuando estén todos juntos, no quiero estar adelantando información y que tus otros amigos se enojen por ser excluidos.
-Es verdad, lo siento, solo que me sorprendió que tu hijo supiera leer mis pensamientos – Draco iba a replicar por la pequeña e incorrecta conclusión de Potter, pero Harry ya se dirigía hacia la puerta y antes de abrirla se dio la vuelta para enfrentar al rubio – James… es mi hijo y hoy cumple tres años – Draco lo observó detenidamente – nos vemos dentro de dos días – se despidió el ojiverde dejando a Draco sumido en sus pensamientos.
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N/A
*Se hace referencia al día cuando sentencian a Buckbeak. Hermione se enoja por la actitud de Draco y le da un golpe en la cara.
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