Los cinco elementos.
Capitulo Doce:
El prometido de Hermione.
En aquella montaña lejana, se pueden apreciar cuatro cabañas. La primera, que se encuentra en la esquina y aparentemente es la más grande, se ocupa para las reuniones de los Mortífagos. La segunda cabaña, es para retener a los prisioneros… o como la llama Blaise ‘La cabaña torturadora’ ya que la mayor parte del tiempo a los prisioneros capturados, los torturan hasta: ya sea morir o hasta la locura, no sin antes sacarles la información que requieren y después los arrojan cerca de los acantilados. En la tercera cabaña hay un ‘invitado especial’: Theodore Nott. Y la última cabaña, está ocupada por el motivo por el cual Blaise se ve obligado a traicionar a sus amigos, su esposa, Pansy Parkinson.
Blaise entró a ésta última para despedirse de la chica.
-¿Por cuánto tiempo te vas? – le preguntó su esposa, mientras se frotaba su vientre abultado.
-No por mucho tiempo… espero – le respondió Blaise tratando de sonar seguro. Cosa imposible – estaré aquí muy pronto, mientras tanto quiero que te cuides mucho – le recomendaba, mientras le acariciaba sus mejillas.
-Quiero irme de aquí, Blaise – pidió amenazando con llorar, sabía que eso no ayudaba en mucho al chico, pero ese lugar era horrible, además le preocupaba que tuviera a su bebé en ese asqueroso sitio.
Blaise se mordió el labio inferior en son de impotencia.
-Lo sé – le respondió al final abrazándola a través de las oxidadas rejas que los separaban – lo sé…
*****
-¿Por qué demonios estas encima de él? – Hermione escuchó la voz claramente de su prometido que estaba en la puerta de la cocina observando la escena reprobatoriamente… o mejor dicho, viendo al chico reprobatoriamente.
-¡Terry! – Gritó aterrada levantándose rápidamente del piso - ¡no es lo que piensas! Yo…
-¿Qué demonios hace Malfoy en este lugar? ¿Y ese niño? – seguía con el interrogatorio el chico, mientras que Draco se levantaba rápidamente también del piso.
Scorpius no despegaba la vista de aquel chico que había entrado dando gritos como loco.
-Te lo puedo explicar – le serenaba Hermione – solo tranquilízate ¿de acuerdo?
No lo hizo, Terry veía Malfoy de manera desconfiada, en cambio el rubio estaba lo más tranquilo posible, de todas formas no podía hacer nada, al parecer Granger estaba controlando la situación, sacó su varita con la intensión de hacerse un Fregotego encima y quitarse los restos de la sopa, sin embargo, en un santiamén Terry lo tenía apresado entre la alacena y él.
Draco lo veía sorprendido.
-¡Terry! – escuchó la voz de Hermione aterrada.
-¡Baja tu varita, ahora! – fue una orden innecesaria puesto que su varita ya estaba en el suelo, muy lejos de él.
Draco consideró como nota personal, no sacar su varita delante de los amigos de Granger, pues al parecer aún tenían la estúpida idea de que él los hechizaría en cualquier momento.
-¡Papi! – Scorpius gritó al ver cómo el otro chico lo tenía apresado.
-¡Terry! – Insistió Hermione – por favor, tranquilízate, deja te explico lo que ocurre.
El chico parecía tener una lucha interna consigo mismo. No despegaba la mirada del rubio, el cual por alguna extraña razón no hacía nada por defenderse, ni siquiera un insulto, eso era extraño.
-De acuerdo – murmuró Terry, sin despegar la vista del ex Slytherin.
En cuanto Terry estuvo fuera de la cocina seguido de Hermione, Scorpius se abalanzó hacia Draco a abrazarlo protectoramente.
-Papi, ¿ese es el “señor que es malo con los niños” (1)? – le preguntó el pequeño rubio, Draco frunció el ceño ligeramente “más bien parece ser, ‘el señor que es malos con los papis’”, sonrió ante su deducción el rubio mayor.
-Es hora de limpiar este desorden Scorpius – le dijo observando el lugar. Mientras que por dentro se reprendía por haberse dejado humillar por aquel chico, le hubiera dado su buena dosis de hechizos por idiota, sin embargo, al estar en territorio ajeno era mejor mantener la compostura, no podía darse el lujo de ser echado del único lugar que le brindaban protección para su hijo.
*****
Boot y Granger tenían un buen rato encerrados en aquel cuarto, Draco supuso que todo iba bien, se quiso convencer que todo iba bien. Al notar que aquellos ‘tortolos’ no saldrían pronto se dispuso a ir a bañar a Scorpius, ya lo que decidieran hacer con él y con su hijo se lo informarían; esperaba que Granger convenciera a su novio (o lo que fuera de ella) a que no lo echara de ese lugar, ya que no sabría donde irse.
-Papi – la voz de su hijo lo sacó de sus cavilaciones - ¿Dónde está mamá?
Draco parpadeó nervioso, la interrogante que le estaba haciendo su hijo lo descolocó en demasía, había pospuesto esa charla, pero al parecer era hora de enfrentarla, de decirle la verdad a su hijo sobre cómo fue que su madre se había sacrificado para salvarle.
Le costó trabajo que Scorpius entendiera, pero lo había logrado y el pequeño parecía no haberle afectado mucho la noticia.
-Mamá regresará – dijo convencido – no estés triste papi – le dijo, mientras que con una de sus manitas le acariciaba su mejilla.
Draco le sonrió, mientras le alborotaba el cabello.
-¿“El señor que es malo con los papis” es como nosotros? – el rubio mayor pareció meditar un poco la respuesta.
Al parecer su hijo había usado el poder de la empatía inconscientemente, ya que ese término lo pensó cuando estaban en la cocina. No se molestó con su hijo, después de todo, el pequeño apenas se estaba acostumbrando a usar sus poderes.
-¿Qué te hace pensar que Boot es como nosotros? – le preguntó mientras lo sacaba de la tina y se disponía a secarlo.
-El Señor Ondas me lo dijo – le confesó con una sonrisa.
Draco solo negó con la cabeza, al principio había pensado que su hijo había visto algo en el ex Ravenclaw, pero ahora ya no estaba tan seguro, ya que Scorpius no siempre solía tener razón. Además que aquel aparato muggle llamado microondas se lo hubiera dicho, no lo convencía mucho.
Minutos después ambos rubios salieron de la ducha, mientras que Scorpius se acomodaba en la cama, Draco salió en busca de un poco de leche para su hijo, no le apetecía salir a cenar aún cuando aquellos dos chicos aún no salían de aquella conversación. ¡Merlín! ¿Cuánto tiempo podrían durar para decirle un ‘sí puedes quedarte’ o un ‘no te queremos más aquí’?
Y como si los hubiera llamado por el simple pensamiento, Terry y Hermione aparecieron en la cocina, ambos con caras de pocos amigos. Draco pasó saliva trabajosamente.
-¿Y bien? – apenas pudo murmurar.
-Puedes quedarte – le dijo Hermione, Draco pudo percatarse que ambos chicos se tomaban de las manos, al parecer no habían peleado.
-Gracias – les dijo.
-Espero que no sea una trampa… porque si es así, te aseguro Malfoy que no tendremos compasión – le advirtió Terry. Le dio un casto beso en los labios a la castaña y con una mirada de advertencia hacia el rubio, Desapareció.
-Es algo, sobreprotector – confesó incomoda Hermione.
Draco solo asintió torpemente.
*****
Draco dudó por varios momentos, pero la presión de seis pares de ojos viéndolo expectante y las miradas de aquel niño con cabello de color morado y la de su hijo, lo hicieron aceptar aquella petición.
En cuanto asintió, los dos niños brincaron de alegría. Hermione se acercó a ellos y se desapareció llevándolos con ella.
-No te preocupes, estarán bien – le calmó Harry – Molly es una gran persona, además la Madriguera está muy bien protegida.
-Además Ginny los cuidará – aclaró Ron – créeme que estarán bien, es una experta con los niños, además de cuidar al suyo y al ahijado de Harry, también ha cuidado a mi hijos.
Draco se quiso sentir tranquilo ante eso, pero sinceramente, si las palabras del héroe mágico no lo tranquilizaron mucho… no lo harían las de aquel pelirrojo. Pero tenía que admitir (aunque no se los dijera en persona) que tenían razón, Scorpius se aburría estando en el cuarto encerrado solo o incluso con ellos y lo mejor era que lo mandaran a la Madriguera, ahí estaría acompañado por el pequeño James y Teddy.
Además vio cómo su hijo se había alegrado mucho al ver aparecer a Teddy junto a Granger. Al parecer su hijo se estaba acoplando a su nuevo estilo de vida.
-Muy bien, en cuanto llegue Hermione, comenzaremos con la reunión – exclamó Harry, invitando a los demás a sentarse en la sala.
Draco se sentó en un sillón individual, sin dejar de observar a los que habían llegado al lugar. Vio a Longbottom sentarse al lado derecho de Luna, la cual lo observaba de manera atenta como si quisiera preguntarle algo. A Weasley sentarse frente a Potter al lado izquierdo de Longbottom. Y por último a Boot sentarse en una silla independiente.
-Luna – la llamó Draco, pero no solo acaparó la atención de la chica sino la de los demás también. Malfoy ¿Malfoy tuteaba a Luna? Eso era lo que se preguntaban los chicos. El rubio carraspeó – ¿Theo se encuentra bien?
-¿Theo? – preguntó perplejo el pelirrojo — ¿Qué Theo?
-Theodore Nott, Ron – dejó salir Luna como si nada – mi novio.
-¿Tu ex compañero de casa? – preguntó Harry parpadeando incrédulo hacia Draco.
-¿No lo sabían? – exclamó Draco un poco indignado.
-No – informó Luna – pensábamos decírselos en esta semana – anunció la rubia a sus amigos – Como sea, si me preguntas eso, entonces… no sabes nada de él ¿cierto?
-¿Debería? – Preguntó en un hilo de voz Draco – es decir, la ultima vez lo vi fue en las afueras del Refugio, después él se fue a buscarte porque temía que fueran tras de ti.
-Sí llegó conmigo, pero tuvo un presentimiento y fue a buscarte y…
-Fue capturado – concluyó Hermione, sorprendiéndolos con su presencia repentina.
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N/A:
(1)Espero recuerden que en el Capitulo 2: Un lugar seguro, Draco antes de reunirse con Theo en el pub El cadáver, le dice a Scorpius que lo espere afuera, mientras que él se reúne con “el señor que es malos con los niños”.
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