Los cinco elementos.
Capitulo Seis:
Ayuda
La ex Gryffindor quedó como estatua al ver a una persona frente a la puerta, creyó que era uno de los mortífagos por el atuendo que llevaba puesto pero al bajarse la capucha dejó al descubierto su cabello rubio platino.
Era Draco Malfoy.
-¡Ya era hora estúpido Malfoy! – Le reclamó al estar frente a él, al mismo tiempo que le daba golpes en el torso – tenías preocupado a tu hijo, el pobre estaba haciendo lo posible para no dormirse, pero finalmente el sueño lo ha vencido ¡dime! ¿Qué demonios tramas? ¿Matarlo de la preocupación? ¡Contesta de una maldita vez! – Exigió la castaña - ¿no tienes nada que decir?
-Necesito un favor Granger.
Fue la simple respuesta, y muy inesperada, del chico; la ex Gryffindor se quedó paralizada, esperaba cualquier tipo de reclamación por parte del rubio, mínimo por la forma en cómo lo recibió, en cambio el chico le estaba pidiendo un favor.
-¿Qué? – fue su respuesta, aunque perfectamente lo había escuchado, pero como creía que estaba en un especie de sueño, quiso verificarlo.
En cambio, el rubio tenía una lucha interna, después de pensarlo mejor al final se decidió por pedirle ayuda a la castaña, así que se tragó todas aquellas palabras que le hubiera dicho a la sangre sucia, porque para desgracia de él, ella era su única opción.
-Lo que me escuchaste decir, necesito un favor – le dijo mientras se encaminaba hacia su hijo, el cual dormía apaciblemente en la cama.
-¿Qué te hace pensar que lo haré? Digo, después de todo lo que pasó este día, en el cual me hechizaste, me enviaste a este lugar que ni siquiera sé donde está y lo más importante me dejaste de niñera; yo no sé tú Malfoy, pero yo tengo cosas qué hacer, tengo un trabajo, una vida social y seguramente mis amigos me están buscando en estos momentos y no confío en ti.
-Lo siento Granger, pero no pensé en tu patética vida, ¿sabes por qué? ¡Porque estaba preocupado salvando la vida de mi hijo!
-Si estabas tan preocupado por tu hijo, ¿para qué te lo llevaste? O mejor, porque aún andas con los mortífagos… espera hay algo mejor ¿para qué demonios lo estas hechizando? ¿A caso lo quieres matar de un ataque al corazón? – la chica estaba furiosa, demasiado furiosa y aunque lo último que le había dicho no era tan acertado, lo dijo para, según ella, ‘darle un lección’ a Malfoy.
En cambio el chico, entornó los ojos y su mirada se posó en su hijo, el cual en esos escasos segundos había dado un quejidito de dolor, ¿su hijo podía morir? No lo había hechizado muchas veces y tampoco era que le agradara la idea de estarlo hechizando, lo había hecho porque en esos momentos él había creído que era lo mejor (además de que estaba bajo presión).
-¿Scorpius? – Draco murmuró bajito al ver cómo su hijo se llevaba una manita a su pechito y la otra a sus ojitos. Pero a ésta última el rubio no le prestó atención, solo se enfocó en la primera y el miedo empezó a apoderarse de él. Sus piernas comenzaron a fallarle, la vista se le comenzó a nublar de repente y todo comenzó a darle vuelta, después solo vio oscuridad…
-¿Malfoy? – llamó la castaña al ver los movimientos tambaleantes del rubio, pero éste no le respondió, simplemente cayó al piso. Se había desmayado - ¡Malfoy!
*****
Los tres mortífagos habían emprendido su camino para llegar al famoso Refugio donde encontrarían a Malfoy y a su hijo, sería un largo viaje, además no podían simplemente ‘aparecer’ en el lugar al menos que estuvieran lo suficientemente cerca de ahí, por suerte Blaise les había dicho cómo llegar, aunque por el camino más largo, mientras él pensaba la manera de cómo ayudar a su amigo sin que Voldemort se diera cuenta.
Lo que no sabía el ex Slytherin era que el Señor Oscuro tenía otros planes para él.
-Muy bien, muchacho – resonaba la voz de Voldemort en la cabaña – debe ser tu día de suerte, gracias a ti tendré por fin al quinto elemento en mis manos y muy pronto tu familia estará nuevamente contigo. Esta chica Pansy ¿verdad? ¿Cuántos meses tiene?
-Ocho – contestó Blaise.
-Ya veo… y ¿también nacerá con el ‘don’ de manipular la ‘Tierra’? – Blaise entornó los ojos y esperaba que el maldito de Voldemort no tuviera interés ahora en su hija.
-No, no lo sabemos.
-Pero es muy probable ¿no? Es decir, tú tienes ese ‘don’ – el lord se quedó pensativo unos momentos (los cuales fueron eternos para el moreno) y después continuó – por lo pronto, tú serás el que sustituya a Mulciber en el hechizo, tal como te lo dije hace mucho tiempo.
-Sí, mi lord – respondió el moreno.
Claro que recordaba ese día, ¡cómo olvidarlo! Fue aquel día cuando los cuatro mortífagos fueron por él y su esposa Pansy, que en aquel tiempo solo tenía dos meses de embarazo, los llevaron ante Voldemort y éste había retenido a la chica en un lugar secreto. El lord le amenazó con matar a su esposa si no le entregaba a Scorpius Malfoy.
Voldemort sabía muy bien sobre el don del elemento de cada uno de ellos, por eso había decido desaparecer y fingir su muerte después de la batalla que se llevó a cabo en el castillo; tenía que planear muy bien su siguiente movimiento y fue así como todo se dio, pero lo que no contaba Voldemort era que se le haría muy difícil de hacerse con el quinto elemento, tenía desde hace seis meses intentándolo capturar y cuando por fin lo tuvo en sus manos, éste se le escapó.
*****
Hermione hacía todo lo posible para despertar a Malfoy, pero el chico seguía inconsciente, así que no le quedó de otra que tomar su varita y hacerle un ‘Ennervate’.
Antes de hacerlo tuvo el tiempo de observarlo detenidamente, al parecer el chico estaba más pálido de lo normal, con unas ojeras visibles y si no fuera que dejó de verlo desde hace mucho tiempo atrás, Hermione juraría que Malfoy estaba más delgado. Posiblemente fuera por el ritmo de vida que estaba llevando últimamente, si se cuenta que los días anteriores pasara por situaciones como la de ese día, claro.
Eso hizo que Hermione se molestara más, al recordar que la había ‘secuestrado’, así que sin consideración alguna (pues se había tentado a dejarlo dormir un rato más) le lanzó el hechizo y el chico se despertó un poco desorientado.
-Ahora me explicarás, cómo demonios salir de aquí – exigió la chica apuntándole con la varita, llamando la atención del rubio.
-Lo haré, pero antes tienes que ayudarme Granger.
-¿Más? – le preguntó indignada la chica.
-Bien a mí no, pero a mi hijo sí. Necesito esconderlo en un lugar seguro, como te diste cuenta los mortífagos lo buscan para llevárselo – comenzó a explicar el rubio, mientras se levantaba y se sentaba en la cama, acariciando la cabecita de su hijo.
-Y según tu ¿A dónde se lo quieren llevar? – interrogó la castaña, pero aún así no dejó de apuntarle con su varita.
-No es a dónde, el punto es a quién– le dijo en un tono serio.
-¿Por qué debería creerte? Dame una razón para asegurarme que no me estás mintiendo.
-Granger… - murmuró Draco, ¿Por qué demonios esa chica se hacía la difícil? – Mi esposa murió ayer como a estas horas… - Malfoy trataba que su voz sonara segura, pero fue en vano – ella… se sacrificó para salvar a Scorpius, y hoy iba a pedir ayuda a Potter después de reunirme con alguien, pero los mortífagos nos atacaron, sino hubiera sido por ti, Scorpius… - el ex Slytherin ya no pudo continuar, con solo de pensar en lo que le hubiera ocurrido a su hijo por su descuido.
-¿A Harry? – Preguntó la chica, el rubio levantó la mirada, después de haber desaparecido el rastro de una lagrima traicionera – ¿ibas a buscar a Harry para pedirle ayuda?
-Sí, con la famosa Orden del Fénix ellos podrían cuidar de Scorpius – el rubio se había dado cuenta que la chica ya no le apuntaba con su varita.
La castaña lo observó detenidamente, Malfoy estaba dispuesto a ir a pedir ayuda a Harry arriesgándose a que éste se la negara. Seguramente el chico estaba desesperado para semejante decisión, pero todo lo hacía por su hijo, en otras circunstancias hasta ella dudaría de él, pero fue testigo de una gran parte de la versión de Malfoy.
Suspiró largamente.
-Hablaré con Harry, pero tengo una condición.
-¿Cuál? – preguntó sin rechistar el rubio y esto le confirmó a la chica que Malfoy estaba desesperado.
-Él y yo vendremos aquí mañana temprano y le explicarás todo lo que le pensabas decir desde el principio – Draco dudó unos momentos, ¿les rebelaría la dirección del lugar? Se mordió el labio inferior, cerró los ojos y al abrirlos contestó.
-Bien, te daré la dirección del Refugio.
Después de varios minutos la chica ya estaba por salir del lugar cuando la voz de Malfoy la detuvo nuevamente.
-¿Es verdad? – la chica enarcó una ceja – el que pueda… ¿morir? – le preguntó Draco mirando a su hijo.
Hasta ese entonces Hermione se percató que ese había sido el motivo por el cual el rubio ya no pudo más y se había desmayado.
-Tal vez tú los veas como simples ‘Desmaius’, pero Scorpius aún es muy pequeño, no puede llegar a morir, pero podría traerle consecuencias graves como no poder hacer magia o traerle inestabilidad en ésta.
Draco bajó la mirada hasta donde estaba su hijo reprendiéndose internamente por su negligencia. Se supone que él cuidaría de su hijo para que nada malo le pasara y resulta que él mismo podría hacerle el mayor daño sin haberse dado cuenta.
-Gracias Granger – le dijo – por todo…
Cuando subió la mirada, la chica ya no estaba. En cambio estaban tres mortífagos que lo miraban maliciosamente.
-Te dije que nos volveríamos a ver Malfoy.
_____________________________________________________________
No hay comentarios:
Publicar un comentario