Los cinco elementos
Capitulo Dieciocho:
Bajo las estrellas.
El rubio parpadeó ligeramente. Lo cierto era que uno de sus amigos era
el traidor. Las pruebas apuntaban a Theodore, pero éste lucía extraño, más de
lo normal, ¿era por haber sido descubierto? Malfoy se mordió el labio inferior,
Blaise tenía razón, él era el único que podía confirmar los hechos. Y a pesar
que sus poderes no estaban al cien, podía ver un atisbo de aura oscura que
envolvía a Theodore.
Él era el traidor.
-¿Draco? – llamó Harry al ver al rubio tan serio.
-Es verdad… - susurró el ex Slytherin.
-¿Qué? – musitó Theodore a su vez, intercambiando miradas con los que lo
miraban fijamente.
-Eres el traidor – salpicó Draco acercándose a él.
Harry hizo un movimiento con su varita y después se acercó al ojiazul.
-Tendrás que dar muchas explicaciones… en Azkaban.
En cuestión de segundos llegaron Ron y Terry al lugar.
-Hemos recibido tu mensaje – anunció Terry hacia el ojiverde.
Harry le hizo una señal para que se dirigiera hacia Nott.
-Draco, yo no… no sé qué ha ocurrido, debes…
-¿Debo? Confié en ti, maldito
traidor – salpicó con odio el rubio, dándole un golpe en la cara. Su mirada
estaba llena de resentimiento. Theodore parpadeó desconcertado.
Draco se sentía tan decepcionado, tan utilizado, tan… idiota. ¿Por qué no se dio cuenta antes
de la traición de Theodore?
Terry y Harry se encargaron de inmovilizar a Nott mientras Draco lo
fulminaba con la mirada.
Por otro lado Blaise se mantuvo al margen de toda esa situación, pero
sobre todo, evitó la mirada ojiazul de cierto pelirrojo. Verlo ahí frente al él
después de todos esos años… le resultaba difícil.
-Tenemos que hablar – anunció Harry mientras Terry y Ron custodiaban a
Theodore hasta Azkaban.
Draco asintió.
-Blaise, nos reuniremos con los demás en el departamento de Potter.
-De acuerdo.
*****
Los chicos del ED se encontraban en espera de las noticias sobre la
pequeña reunión que habían tenido Draco y Harry con Blaise y Nott. Terry y Ron
se les habían unido al recibir el mensaje, los demás intuyeron que algo andaba
mal.
-¿Por qué tardan tanto? – Hermione caminaba de un lado a otro.
-Quizás han descubierto algo, Terry y Ron son aurores y eso significa
una cosa… les han tendido una trampa – Neville exteriorizó su temor.
-No – Luna tenía la mirada perdida en algún punto del techo – hay algo
más…
-Sacar conclusiones precipitadas no nos ayuda en nada – se quejó
Hermione.
Unos cuantos pufs sonaron en
el lugar.
-¡Ya era hora! – dejó salir con cierto alivio la castaña.
-¿Dónde están Ron y Terry? – quiso saber Neville al ver que frente a
ellos aparecían Draco, Harry y… Zabini.
-Chicos, hay algo que deben saber.
Draco y Harry comenzaron a explicar sobre la pequeña reunión que habían
tenido horas atrás y la revelación del traidor.
Neville y Hermione quedaron pasmados por la reciente información. Luna
se plantó frente a Zabini, lo escudriñó con la mirada y luego se dirigió hacia
los demás.
-Están equivocados, Theodore no es el traidor.
-Luna… lo lamento, pero esa es la verdad – Harry le respondió.
-No sabes la verdad, ni siquiera lo has interrogado, ¿Cómo afirmas algo
que aún no compruebas?
-Luna… lo vi. Su aura – confesó Draco – sé que es difícil de creer,
incluso para mí lo es, pero esa es la verdad, Theodore nos ha traicionado.
-Están equivocados – fue lo último que dijo antes de desaparecer del
departamento.
-Demonios –murmuró Harry malhumorado. Las cosas parecían empeorar en vez
de mejorar.
-Debemos hablar con Luna y…
-No – atajó Draco – ella está convencida que Theodore no es el traidor.
-¿Y si tiene razón? – preguntó Neville.
-Confiemos en el elemento de Malfoy – pidió Harry – hoy interrogaremos a
Nott. Terry y Ron están vigilándolo en el ministerio.
-¿Lo… llevarán a Azkaban? – quiso saber Hermione.
-Es lo más probable – comunicó Harry.
-¿Qué pasará con Zabini? – preguntó Neville al ver que el aludido había
permanecido en silencio todo momento.
-Ya que hemos confirmado que Nott es el traidor, incluiremos a Zabini en
nuestros planes – anunció Harry.
Todos los presentes asintieron con la mirada.
-¿Tuvieron suerte con Gustav? – preguntó Draco.
-Tenemos la dirección – respondió Hermione.
-Perfecto – exclamó Harry, de pronto las cosas
parecían mejorar.
Los chicos comenzaron a poner al corriente a Zabini
sobre los datos que tenían del hechizo y de la reciente información de Gustav.
También comenzaron a planear la próxima visita hacia el escritor para que les
revele más cosas del hechizo. Una vez definido los detalles comenzaron a
retirarse a sus respectivos hogares.
Harry le pidió a Zabini que lo siguiera para
indicarle cuál sería su habitación. Caminaron por el estrecho pasillo pasando
por la habitación en donde se encontraba el pequeño Scorpius durmiendo. A
Zabini se le aceleró el corazón al ver a su objetivo en la mira.
-Aquí dormirás – anunció Harry en cuanto llegaron a
la habitación del fondo, justo al lado de los rubios.
-Gracias – respondió Blaise.
*****
Draco se encontraba en el balcón observando las
estrellas. Se reprendía una y otra vez lo descuidado que había sido todo ese
tiempo. Aún sin querer creer que Theodore era el que lo estaba traicionando.
-¿Por qué, Astry? – Preguntó al aire - ¿Por qué no
vi las señales?
Malfoy estaba consciente que su elemento no estaba
al cien, pero eso no lo exentaba de su instinto. Ese que lo ayudaba a ver más
allá.
-¿Draco… estás bien? – Harry llegó a su lado.
-¿Te parece que estoy bien? – el rubio estaba tan
enojado que no se percató que el ojiverde lo había llamado nuevamente por su
nombre.
-Sé que fue una pregunta idiota pero tenía que
hacerla.
-Cuando creo que puedo confiar en alguien parece ser
lo último que debo hacer, ¡demonios! – el rubio dio una patada hacia la pared
más cercana.
-No seas tan duro contigo, Malfoy.
-¿Y como se supone que deba reaccionar? ¡Por
Salazar, Potter! ¡Theodore, el que creía mi amigo, en el que más confiaba me ha
traicionado! ¡Ha herido a mi familia!
-Sé cómo te sientes, pero…
-No, no lo sabes – corrigió rápidamente.
-Lo sé, Draco. Durante la guerra, gente cercana a mi
también me traicionó. Y me sentí mal por ello, como un idiota. Peor que un
idiota.
-¿Y qué hiciste?
-Te diré lo que no hice. Lamentarme, sentir pena por
mí mismo, reprocharme.
-¿Eso crees que hago?
-Estás sintiendo rabia hacia ti mismo – Harry lo vio
directamente – Lo que debes hacer es transformar esa rabia en algo más, en algo
que te ayude a detener a Voldemort y proteger a tu hijo.
Draco lo observó atentamente.
-Proteger a Scorpius… – murmuró.
-Tal vez, en estos momentos por lo que ha ocurrido,
no puedas confiar en nadie. Pero puedes confiar en mí. Te prometo que Scorpius
está a salvo. No dejaré que nada malo le pase.
El rubio creyó en sus palabras, no solo por ser
quien era. Algo dentro de él le decía que confiara en Potter. Que éste jamás lo
traicionaría.
-Confío en ti, Potter. No tienes que ser tan
dramático – el rubio sonrió de lado, esquivando la mirada.
-Gracias.
Ambos se observaron fijamente, pareciera que todo lo
que se querían decir ya estaba dicho y sin embargo ninguno quería irse del
lugar. Era como si de pronto el tiempo se hubiera quedado estancado dejándolos
ahí como estatuas, obligándolos a observarse mutuamente.
Harry se acercó al rubio, observó sus ojos grises,
tan oscuros como el acero. Luego sus labios tan rosados como la fresa, su nariz
tan…
El rubio se sintió incomodo por el escudriño del
ojiverde, carraspeó dando un paso hacia atrás.
-¿Aún quieres saberlo? – preguntó, para romper ese
ambiente extraño que de pronto les había invadido.
Harry parpadeó un par de veces.
-¿Qué cosa?
-El color de tu aura.
-¿Me lo dirás?
-Cuando cumplas tu promesa – el ojiverde sonrió de
lado.
*****
Observó el pequeño frasco que contenía líquido de
color azul marino. Todas sus esperanzas se reducían al contenido de ese
diminuto recipiente.
-No me falles, por favor – murmuró mientras
recordaba lo que había ocurrido unas horas atrás en San Mungo.
Theodore acababa de
despertar cuando los mortífagos irrumpieron en la habitación. Todo había pasado
demasiado rápido. Blaise solo recordaba que Morseferth había pronunciado un par
de palabras antes de que él y Theo les envolviera instantáneamente un haz de luz blanca.
-¿Qué demonios fue eso? –
preguntó Theo.
-No lo sé – le confesó
Blaise, asustado y sintiéndose extraño a la vez. Esa luz que los había envuelto
no le presagiaba nada bueno.
-Es mejor que salgan, no
tiene caso que se escondan – recomendó Morseferth – no tienen oportunidad, ese
haz de luz que los envolvió ha sellado su magia.
Blaise y Theo
intercambiaron miradas.
-¿Sientes algo? – preguntó
Blaise a su amigo.
-No es necesario que te
responda a esa pregunta porque sabes perfectamente la respuesta – el castaño
fulminó con la mirada al moreno.
Blaise lo sabía, su amigo
tenía mucho tiempo sin hacer magia y dadas las condiciones en las que se
encontraba era obvia la respuesta.
-Creí que… no importa.
Morseferth tiene razón – le dijo Blaise – no puedo utilizar mi magia, debe de
haber neutralizado nuestros elementos, solo así también neutraliza nuestra
magia.
Ambos chicos salieron de
su escondite.
-Así que… eres el
mortífago misterioso – la voz de McKinnons
hizo tensar en demasía a Blaise.
-Haremos lo siguiente –
Morseferth les sonrió de lado – Malfoy sabe que hay un traidor de su lado. La
buena noticia es que, si Malfoy busca un traidor, lo encontrará.
McKinnons apuntó hacia
Theodore. Blaise se interpuso para protegerlo.
-Zabini, no hagamos más
difíciles las cosas – Morseferth se acercó a él y le extendió la mano. Blaise
frunció el ceño y aceptó lo que el mortífago le ofrecía. El moreno entornó los
ojos al reconocer el pequeño prendedor.
-Kimi… - susurró. Observó
al mortífago.
-Está nuevamente en casa –
Morseferth sonrió.
Blaise parpadeó un par de veces, observó a
Morseferth unos segundos, después a Theodore, luego nuevamente a Morseferth.
-Lo siento – susurró hacia
su amigo.
-¿Blaise?
-Obliviate – hechizó
McKinnons hacia Theodore.
El ex Slytherin cayó en al
suelo.
-Ahora te diremos el plan
para capturar al quinto elemento... – Morseferth sonreía con crueldad.
Media hora después, Blaise
se encontraba en la cabaña esperando a que llegara Malfoy y compañía mientras
Theodore yacía inconsciente en el suelo. En cuanto visualizó a su objetivo
despertó a su amigo.
-¡Alto ahí! ¡Detente! –
Theodore lo miró desconcertado.
Draco fue el primero en
entrar a la casa, se quedó de piedra al ver a Blaise apuntar con su varita a
Theodore.
-¡Draco, tienes razón! Hay
un traidor entre nosotros – anunció el
moreno.
Blaise se recargó del barandal observando las estrellas. Añoraba
aquellos tiempos de Hogwarts en donde su única preocupación era aprobar sus
exámenes y no emborracharse más de la cuenta. Sonrió de lado. Esos tiempos
parecían que no volverían a pasar, habían sucedido tantas cosas desde ese
entonces… ¿Cómo fue que cambió todo? Blaise lo sabía. Su vida había dado un
giro inesperado aquella tarde de agosto. No, fue antes, mucho antes. Fue aquel
31 de octubre de su sexto curso en Hogwarts. Sí, cuando…
-¿Blaise?
El aludido se tensó en demasía. Esa voz…
Se giró lentamente hasta enfrentarse a un pelirrojo pecoso.
-Weasley – el aludido lo observó atentamente, caminó hasta quedar frente
a él – Creí que le harías guardia a Nott en Azkaban.
-Me toca hacer guardia aquí. Además, allá están Terry, Harry y Malfoy –
respondió.
-¿Te han mandado a vigilarme?
-No.
Ambos quedaron en silencio, observándose mutuamente.
-Blaise yo… quería disculparme.
-¿De qué? – el moreno frunció el ceño.
-Por no cumplir mí promesa.
-No es necesario.
-Lo es. Te lo prometí y…
-No importa ya.
-Aún podemos…
-Weasley, no tiene importancia. Nunca lo tuvo, ¿entiendes?
-¿Qué estás diciendo?
-Solo fue… una broma – Blaise sonrió de lado o al menos eso quiso
aparentar – solo eso. Aposté con otros Slytherin. Todo fue fingido.
El moreno se encamino hacia dentro del departamento.
-Para mí no lo fue – Blaise se detuvo unos instantes – para mí fue real,
¿sabes?
Zabini continuó con su camino.
*****
Draco gruñó por quinta vez. Habían pasado toda la noche interrogando a
Theodore y solo habían confirmado sus sospechas. Él era el traidor.
-Es todo lo que nos dirá, Malfoy – dejó salir Terry – hemos utilizado
Veritaserum, Legeremancia y hasta un simple interrogatorio al estilo muggle y
solo hemos confirmado que él es el traidor. No revelará nada de los planes de Voldemort.
-Es hábil para evadir el Veritaserum y es un experto en Oclumancia.
Además no olvidemos que domina el elemento del aire. Eso no nos va a llevar
nada – gruñó Draco.
-Es mejor que nos olvidemos de Nott y nos enfoquemos en Gustav. Él
podría sernos de más ayuda – opinó Harry.
-Tienes razón - gruñó Draco.
-Descansemos un rato y reunámonos al medio día para ir en busca de
Goldstein.
-Dejaré a algunos guardias para que vigilen a Nott – anunció Terry.
-De acuerdo.
*****
-Nos iremos al medio día – Draco le comunicó el plan que tenían a Blaise
en cuanto llegaron de Azkaban.
-De acuerdo – le respondió Blaise.
El rubio salió de la habitación dejando solo al moreno. Éste cerró la
puerta sigilosamente. Cerró los ojos para concentrarse en el mensaje que
enviaría.
[El plan se llevará a cabo al
medio día en casa de Gustav Goldstein]
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