domingo, 3 de noviembre de 2013

Capitulo Veinticuatro: En las montañas

Los cinco elementos.




Capitulo Veinticuatro:

En las montañas.



Pansy exhalaba fuertemente, sudaba mucho y le invadían escalofríos. El miedo se apoderaba de ella a cada respiración. Gritó fuertemente cuando sintió un dolor insoportable en su vientre. Se horrorizó al sentirse húmeda en su parte íntima.
-No, no, no…  – murmuró, asustada – No, por favor, aún no.
Era imposible negarlo. Había roto fuente. Su bebé nacería pronto.
-¡Blaise! – gritó asustada cuando nuevamente le invadió el dolor.

*****

Scorpius protegía a Theodore mientras éste aún estaba tumbado en el suelo, jadeando.
-No le haré daño… – Voldemort sonrió, escondiendo muy bien sus intensiones detrás de su malévola sonrisa – Siempre y cuando tu amiguito haga lo que le diga.
El pequeño rubio parpadeó, giró hacia donde estaba Nott, éste se incorporó lentamente.
-Tío T… – susurró, con miedo.
-¿Qué dices, tío T? – se mofó el señor oscuro. El Slytherin sabía que Voldemort hacía eso más por diversión que por convencerlo, el ojiazul le siguió el juego para ganar tiempo, sabía que Draco y compañía no tardarían en llegar.
Blaise estaba preocupado, sabía que Theo solía ser terco en algunas cosas pero esa situación ya rayaba en la locura. El ojiazul tenía un plan, de eso no había duda, pero Blaise temía que antes que éste se llevara a cabo su amigo pereciera.

*****

-Tenemos que atravesar esa cueva – sentenció Draco, apuntando con su varita hacia las rocas que obstruían el paso.
-De acuerdo – Harry se unió al ataque.
-¡Bombarda! – gritaron los tres. Un enorme hueco se hizo en aquella montaña.
-Tenemos que hacerlo en cadena – sugirió Neville.
[Papá]
La voz de su hijo retumbo fuertemente en mente.
-¿Scorpius? – el rubio observó a su alrededor.
-¿Draco? – Harry frunció el ceño.
-Es Scorpius – Neville y Harry intercambiaron miradas, asustados por Malfoy, temían que estuviera perdiendo el control.
-Draco, no creo que Scorpius… – ocurrió en un segundo, al rubio lo invadió una luz brillante – ¡Draco!
Neville y Harry estaban desconcertados. El rubio había desaparecido sorpresivamente frente a sus narices.
-¿A dónde ha ido?
-¿Cómo lo hizo? No podemos realizar la aparición – explicó Neville.
-¿Scorpius? – el ojiverde frunció ligeramente el ceño.

*****

-Señor, está todo listo – Rowle llegó a la cabaña.
-Perfecto – Voldemort sonrió maliciosamente.
Theodore se levantó interponiéndose entre Scorpius y el señor oscuro. Pelearía hasta el último momento posible. Voldemort extendió su brazo e hizo una señal con su mano haciendo que Theodore llegara a él. El mayor presionó su varita en la frente del ex Slytherin y éste inmediatamente comenzó a sentir un inmenso dolor que le hizo gritar.
-¡No! – Scorpius gritó - ¡Déjalo!
El pequeño observó hacia ambos lados, tratando de buscar ayuda.
-¡Papá! – Llamó, desesperado – ¡Papá, papá, ayuda!
Un destello de luz invadió la cabaña, haciendo expulsar a todos los presentes. Theodore se levantó rápidamente  y corrió a auxiliar a Scorpius, quien yacía en el suelo, inconsciente.
-¿Scorpius? – llamó, tomándolo con sus manos.
-Tío T…
-¡Tú! – la voz de Voldemort llamó la atención de ambos.
Malfoy estaba desconcertado, minutos antes estaba con Potter y Longbottom y en esos momentos estaba frente a Voldemort. Miró a su alrededor sin poder encontrar a su hijo.
-Draco – Theo susurró al reconocer al rubio.
-¡Papá! – el pequeño trató de ir con él pero el ojiazul se lo impidió.
-¡Draco, cuidado! – el rubio apenas pudo esquivar el hechizo que lanzó Rowle contra él.
Theodore cargó a Scorpius y buscó refugio detrás de unas rocas en cuanto la lluvia de hechizos comenzó. La cabaña lentamente quedó destruida por la reciente explosión y los hechizos lanzados con furia.
-¡Papá! ¡Tengo que ir con mi papá!
El ojiazul analizó la situación.
-Scorpius, ¿puedes encerrar a Zabini en una burbuja de aire?
-Tío T, mi papá…
-Lo sé, lo sé. Podemos ayudarlo si separamos a sus atacantes – le explicó, señaló hacia Blaise – Enciérralo, sé que puedes.
Scorpius asintió. Se centró en el mortífago y con un abrir y cerrar de ojos, Zabini se vio aislado en una burbuja de aire.
-Excelente, Scorpius – el ojiazul buscó con la mirada a los demás atacantes de Malfoy. Pudo visualizar a Rowle y Morseferth, sin señal de Voldemort.
Draco esquivó y lanzó hechizos a diestra y siniestra, mientras buscaba a Scorpius en el lugar sin éxito. Vio cómo Blaise era aislado en una burbuja de aire. Quiso suponer que Theodore le había ayudado con Zabini y que con él estaba su hijo, pero no quería dar nada por sentado.
Nott buscó con la mirada al siguiente objetivo, pero éstos tenían ventajas, estaban utilizando sus elementos para defenderse.
-Tío T, no veo a mi papá – Scorpius estaba preocupado, solo podía escuchar y ver cómo los hechizos iban y venían haciendo explosiones y ruidos alarmantes.
-Él estará bien – trató de tranquilizarlo. Se sentía indefenso y realmente inútil sin poder hacer nada. Si tan solo no hubieran sellado su elemento…
-¿Escondiéndose? – Theo giró rápidamente al reconocer la voz de Morseferth atrás de él. Scorpius se aferró fuertemente de él.
El mortífago apuntó con su varita hacia a ambos.
-¡Expulso! – Morseferth salió volando. Harry y Ron habían llegado a auxiliarlos.
-¡Potter! – De alguna manera, Theodore se sintió aliviado al ver los refuerzos.
-Es mejor… que guarden sus varitas…
La voz de ultratumba de Voldemort los hizo quedarse inmóviles. El señor oscuro había apresado a Draco en una burbuja de aire y había liberado a Blaise de la suya.
-¡Papá!
-Ustedes – señaló hacia los recién llegados – es mejor que se aparten.
Los aludidos intercambiaron miradas, no tenían muchas posibilidades si Draco estaba de rehén.
-Nott… Scorpius, si quieren seguir viendo vivo a Malfoy es mejor que hagan lo que les digo.
-Papi… - Theo lo detuvo. Draco desde la esfera le había pedido que lo hiciera.
-Crucio – susurró el líder de los mortífagos y Draco comenzó a retorcerse de dolor.
-¡No! ¡Papá!       
-¿Quieres que pare? – Voldemort preguntó. Scorpius asintió rápidamente – Has lo que te digo.
-Sí, lo haré. ¡Para, para!
-Él también tendrá que hacer lo que le diga – señaló hacia Theodore.
-Tío T, tienes que hacer lo que él dice, por favor – pidió Scorpius. El aludido sintió la mirada suplicante de Scorpius, las penetrantes de Harry y Ron, y la maliciosa de Voldemort. Desvió su mirada hacia Draco, quien aún era presa del hechizo.
-¡De acuerdo! ¡Basta! – gritó. Voldemort terminó el ataque.

Minutos después, Harry y Ron estaban encerrados cada uno en burbujas de aire. La de Draco estaba frente a Scorpius y Theodore, haciéndoles patente la amenaza.
Rowle, Zabini y Morseferth ocupaban sus respectivos lugares en el círculo, cuando Voldemort y Theodore se unieron a ellos.
Habían trazado un círculo en el suelo, y en dirección de cada uno de los puntos cardinales habían trazado el símbolo del elemento que representarían. Al norte se encontraba Theodore, en el sur Blaise, al este Rowle y en el oeste Morseferth.  El símbolo del elemento de la energía se encontraba justo en el centro del círculo, donde Voldemort y Scorpius se colocaron.
-Yo, Francis Morseferth, que con orgullo represento el Elemento del Fuego ofrezco voluntariamente a mi amo, el Señor Tenebroso, mi magia y mi elemento – enseguida se hizo un corte en el dedo índice de la mano derecha y dejó caer unas cuantas gotas de sangre en el símbolo.

Hermione corría con todas sus fuerzas, no le importaba quedarse sin aire lo único que tenía en mente era salvar a ese pequeño rubio. Luna, quien corría delante de ella, hacía uso de su elemento para guiarse hasta el lugar de los hechos.

Rowle se hizo un corte en el dedo índice de la mano derecha dejando caer el líquido carmesí en el símbolo del elemento del agua.
Theodore buscaba una manera de salir del círculo pero nada de lo que hiciera funcionaría, estaba atrapado, solo un evento extraordinario los salvaría de esa situación.
El círculo se fortaleció en cuanto la sangre de Blaise tocó el símbolo del elemento de la tierra. El moreno evitó ver a la cara a sus amigos. Lo hecho, hecho estaba. Solo esperaba que después de eso pudiera recuperar a su familia.
-Es tu turno – ordenó Voldemort hacia Theodore.
-No lo haré.
-No me hagas obligarte – siseó.
-¿Y qué harás? ¿El hechizo Imperio? Sabes que no puedes usarlo – se permitió sonreír de lado.
Voldemort le apuntó con su varita, furioso.
-Adelante, mátame. Así no podrás completar el hechizo.
Del otro lado del círculo, Harry observó la escena, horrorizado. Theodore por su lado estaba haciendo tiempo. Sabía que había más refuerzos en camino. Luna era uno de ellos, estaba seguro. Voldemort apuntó con su varita hacia Draco.
-Tío T, no dejes que le haga daño a  mi papá – pidió Scorpius.
El aludido miró a su amigo rubio. Suspiró lentamente.
-Yo… Theodore Nott, que con orgullo represento el Elemento del Aire…

-¡Ahí! ¡Ahí están! – Gritó Hermione en cuanto vio el haz de luz que emanaba el círculo.
 -¡Hermione, espera! – advirtió Luna.

Scorpius dejó caer diminutas gotas de sangre al símbolo de su elemento. Voldemort sonrió ampliamente, después de tanto tiempo, él sería el Master Element.
-¡Hermione! – llamó Terry al ver a su prometida apuntar su varita hacia el circulo, el cual emanaba demasiada energía.
-¡No lo hagas! – gritó vanamente Draco desde la burbuja de aire.
Hermione solo tenía algo en mente, salvar a Scorpius. Voldemort sonreía mientras era rodeado por la energía de los elementos. La castaña con gran determinación se dispuso atravesar el campo de energía que protegía el círculo, murmuró unas palabras y de su varita salió un rayo color gris.
-¡No, Hermione! – Draco susurró, angustiado.
-¡Al suelo! – gritó Luna en cuanto todo comenzó temblar a su alrededor.
Hermione logró entrar al círculo, segundos después una explosión invadió el lugar.


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