jueves, 6 de marzo de 2014

Capitulo Veintiocho: La despedida.


Los cinco elementos.



Capitulo Veintiocho: 

La despedida.



Hermione observó a Draco, quien seguía inconsciente. La muchacha pasó su mano sobre la frente del rubio.
[Todo estará bien, Draco. No tienes qué temer. Has cuidado muy bien de Scorpius. Ahora sé feliz, te lo mereces.]
La castaña se dirigió hacia donde se encontraba el pequeño, Scorpius aún dormía, lucía pálido y ojeroso. Hermione concentró toda su energía y magia, haciendo que el aura que la rodeaba aumentara de tamaño y color.
-Transferir Elementos – pronunció, observando fijamente a Scorpius. Lo agarró de la mano repitiendo la frase. El aura comenzó a envolver al pequeño.
››Transferir Elementos – volvió a decir aumentando su tono de voz.
El aura se intensificó aún más haciendo levitarlos a ambos y encerrándolos en una esfera de energía. La castaña sintió una tercera presencia en la habitación, tenía la sensación que se trataba de la dueña de aquella voz misteriosa que la tenía acompañando desde horas atrás. Los destellos de energía no hicieron más que iluminar la habitación a un extremo que Hermione apenas podía distinguir las dos figuras que había delante de ella.
[Abre tus ojos, mi pequeño]
Varios segundos después, la luz disminuyó. Frente a Hermione había una persona que expedía un aura color azul cielo.
[Muchas gracias por todo, Hermione]
La castaña la observó fijamente. Era una mujer de cabellera rubia y de grandes ojos azules.
-¿Astoria? – ella asintió.
[Cuida mucho de mis muchachos] – les envió una mirada llena de amor y ternura a ambos rubios.
-No soy precisamente la persona más indicada para tan importante tarea.
[Por el contrario, eres perfecta. Gracias a ti, ambos tendrán una segunda oportunidad]
-Te extrañan mucho.
[Y yo a ellos]
-¿Puedes regresar?
[Aunque pudiera, ya he cumplido con mi destino. Ahora es el tuyo]
-¿El mío? – Hermione frunció el ceño.
[Busca en tu interior, ahí está la respuesta]
Astoria llegó hasta su lado, tomó su mano.
[Mucha suerte, Hermione Granger. Y gracias por todo]
La rubia se desvaneció, Hermione suspiró largamente.
-Transferir Elementos… - susurró.
La esfera de energía descendió lentamente, concentrándose en Scorpius, quien cayó suavemente sobre la cama casi al mismo tiempo que Hermione lo hacía en el suelo.
Draco abrió los ojos lentamente, un escalofríos lo invadió.
-¡Hermione! – llamó cuando vio a la muchacha inconsciente en el suelo.

*****

Después de varios meses, la mansión Malfoy volvió a abrir sus puertas. En el gran salón se celebraba una fiesta muy importante. Un cumpleaños. Mientras el pequeño Scorpius jugueteaba de un lado a otro con sus nuevos amiguitos, su padre recibía a los invitados.
-¿Seguro que está todo bien? – preguntó Theodore al ver en Draco un semblante triste.
-Lo mismo te iba a preguntar – le respondió, señalando a Luna, quien se encontraba del otro lado del salón conversando con su padre - ¿Es normal que coma tanto?
El castaño sonrió.
-Es natural, Draco. Está embarazada.
El rubio entornó los ojos, sorprendido.
-Wow, felicidades – le sonrió después de reponerse de la sorpresa – ¿un brindis?
-Seguro.
Tomaron sus copas y las estrecharon suavemente.
-¿Sin rencores? – preguntó el rubio, refiriéndose a los eventos de los meses anteriores.
-Por enésima vez, sin rencores, Draco – le pegó suavemente en el brazo izquierdo.
-Yo en tu lugar no me perdonaría. En verdad llegué a odiarte y hubiera dejado que te sentenciaran al beso del dementor – el rubio se estremeció ante sus palabras.
-Nada de eso ocurrió. Así que… olvidémoslo, ¿de acuerdo?
-Pansy está destrozada – musitó – Ella sola va a criar a su bebé.
-Blaise solo fue una víctima más de Voldemort. Ella no estará sola, la ayudaremos – aseguró el castaño.
-Si es que nos perdona – Draco hizo una mueca – Esta muy dolida por todo.
-Lo hará, ella nos perdonará, hay que darle su espacio y verás que pronto volveremos a estar unidos.
Draco sonrió de lado, no muy convencido ante las palabras del ojiazul.
-Entonces… ¿tú y Granger?
-¿Qué hay con ella? – respondió bruscamente.
-¿La vas a dejar ir así como así?
-No hay nada que dejar ir porque nunca hubo nada.
-¿Sabes, Draco? Podré haber perdido mi Elemento del Aire pero aún sé cuando me están mintiendo.
-Entonces también has perdido el sentido común, ahora si me disculpas iré a apartar a tu mujer de la comida antes que se la termine – gruñó el rubio, Theodore sonrió, triunfante.
-No puedes huir de tus sentimientos para siempre.
Las palabras de Theodore le calaron hondo en su pecho, pero prefirió evadir ese sentimiento, como lo venía haciendo en los últimos dos meses. Aún recordaba los momentos cuando despertó y encontró a Hermione desmayada en el suelo en la habitación de Scorpius en San Mungo.

En cuestión de minutos llegaron medimagos a auxiliarla. Draco iba a acompañarla pero justo en esos momentos la voz de Scorpius lo detuvo.
-¡Papi!
-¡Scorpius! – Corrió hasta su lado, lo abrazó fuertemente, le besó la frentecita y volvió a abrazarlo – Oh, Scorpius, creí que te perdía.
-Ya estoy bien, papi – Scorpius le sonrió, abrazándolo – mi mami ayudó a Hermy a curarme.
-¿Cómo dices?
El pequeño le explicó que vio a su madre en su sueño y ahí estaba Hermione también. Ambas ayudándole a que se sintiera mejor. Draco recordó las palabras de Theodore: “Ella tiene que renunciar a sus poderes”. Y así lo había hecho, los transfirió a su hijo.
-¿Dónde está Hermy, papi?
  
Hermione se logró recuperar al cien una semana después. Semana la cual estuvo acompañada en la mayor parte del tiempo de Terry Boot. Y semana que Draco tuvo para poder asimilar que lo que sentía por Hermione iba más allá de simple agradecimiento y simpatía. Por alguna extraña y loca razón la amaba. Y eso no lo hacía sentirse mejor. ¿Cómo podía enamorarse de ella? Unos cuantos meses atrás amaba a Astoria, estaba destrozado por su muerte, a cada instante la extrañaba  y se le hacía difícil enfrentarse  a esa ausencia cuando la vida de su hijo peligraba. Y sin embrago; ahí estaba, amando a Hermione no de la misma forma que lo hacía con Astoria, pero la amaba. ¿Era eso posible?
No. Se decía una y otra vez. “No es posible”.
Tal vez se debiera al momento, a las circunstancias  en las que se reencontraron. Al momento de vulnerabilidad. Él estaba pasando por un momento de tristeza, su esposa había muerto y su hijo peligraba. Y ella… ella tan llena de esperanza, tan protectora, tan bonita… le brindó ayuda, le ofreció su hogar, le prometió protección. Era normal que él, Draco Malfoy, se sintiera atraído por ella, pero solo eso.
Obviamente no lo fue. Era algo más que atracción física. Porque también conoció a la Granger preocupada, a la Hermione tierna y comprensiva. A una mujer dispuesta a no solo dar la vida por un niño que no era su hijo, sino a serle de su madre. Hermione le llamó hijo a Scorpius y él a su vez, mamá.
Después de tanto reflexionarlo y dejar de buscar tres pies al gato, Draco lo aceptó. Amaba a Granger. Y eso no era suficiente.

Hermione estaba en el balcón, afuera llovía lentamente. Era como si de pronto el clima estuviera de parte de ella nuevamente. Alguien carraspeó detrás, se giró lentamente para enfrentarlo.
Era la primera vez que se encontraban a solas. Esa mañana la habían dado de alta en el hospital y nuevamente se encontraba en su departamento.
-Vine a despedirme – Draco se acercó a ella lentamente. No estaba feliz, pero se conformaría con lo que le tocaba.
-No es necesario que…
-Lo es – acortó el rubio – Scorpius y yo ya no tenemos nada que hacer aquí. Ya no hay más peligro, la mansión Malfoy puede ser habitada nuevamente.
Hermione se abrazó a sí misma. Las palabras de Draco le sonaban a despedida definitiva. Y lo era, lo sabía.
-Disculpa las molestias que te causamos – ambos evitando cualquier tipo de contacto con el otro.
-No fue ninguna…
-Lo fueron. Interrumpimos tus planes… tu compromiso con Boot.
La muchacha sintió un pinchazo en su pecho.
-Supe que… anunciaran su compromiso dentro de un mes.
Ella asintió, incomoda.
-Te deseo mucha suerte, Granger – el hecho que Draco la nombrara por su apellido nuevamente, sabía que marcaba una distancia entre ambos.
-Igualmente, Malfoy – cada palabra costaba decirla – Y cuida mucho a Scorpius…
-Lo haré.
Draco se acercó a ella y le dio un casto beso en la mejilla. Se miraron fijamente.
-Gracias por todo.
Hermione hizo el esfuerzo de no llorar. Si Draco se daba la vuelta sin mirar atrás, ambos no volverían a estar juntos. Ella lo sabía y lo dejaría ir porque estaba comprometida con otro.
-Adiós, Granger.
-Adiós… Malfoy – susurró. Dándose la vuelta en el momento en que una lagrima resbalaba por su mejilla – Adiós, Draco…


*****


Hermione veía a su alrededor, sintiéndose extraña. Sintiéndose sola, extrañando a Draco mientras miles de personas se acercaban a felicitarla por su compromiso con Terry.




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N/A
Q_Q
Pobeshito, Draco…
Jejejeje, siento si hice llorar a algunos con este capi u.u
Muchas gracias nuevamente por seguir esta historia, por la paciencia en cada una de las actus y sobre todo por sus lindos comentarios *0*
Pues bien, cada vez falta menos. Nos estamos leyendo en el ultimo capitulo, por supuesto les traigo un Epilogo :3
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