Entre gorros y bufandas
Capítulo 11. Cita
Cuando Harry llegó a la
biblioteca, aún faltaba tiempo para que Louis llegara, así que decidió ir a los
cubículos que se encontraban al fondo. Eran más cómodos y él podría aprovechar
para devorar aquella deliciosa manzana que había comprado minutos antes en la
cafetería.
Entró al cubículo, no sin
antes haber tomado algunos libros para el trabajo que realizaría para el señor
Harris. Se sentó de espaldas a la ventana de cristal. Acomodó sus cosas, se
colocó sus auriculares, Auryn
resonaba en éstos, también sacó su anhelada manzana.
Los minutos pasaban y él
seguía concentrado en lo que hacía. Tamborilear los dedos de su mano derecha
sobre la mesa, darle mordidas a su manzana y tararear la canción de Auryn.
-Saturday I'm In Love…
Tan concentrado estaba que
pasó lo inevitable. Una mano se posó sobre su hombro derecho.
-Hola, Harry – alguien lo
llamó.
El muchacho se sobresaltó
dejando caer su manzana, ésta rodó por toda la mesa hasta caer.
-Mi manzana… - musitó el
ojiverde sin despegar la mirada de la fruta.
-¡Lo siento! – un par de
ojos azulados lo miraron con culpabilidad.
Mirada verde y azul se
encontraron.
-Te compraré otra, mañana,
en el desayuno – prometió Louis.
Y Harry sonrió mostrando sus
hoyuelos.
-No es necesario, pero ya
que insistes tanto, está bien – sus ojos brillaban.
Louis se sentó a su lado,
perdido en esos iris verdes. Insistía que ya conocía al muchacho de algún lado,
de algún momento, pero no lo sabía con seguridad, tal vez su mente le estaba
jugando una broma.
-…uis!! – las manos de
Harry pasaron frente a sus ojos.
-¡¿Qué?! – fue el turno
del mayor sobresaltarse, la risita de Harry fue melodía para sus oídos.
-Te has quedado muy serio,
¿estás bien?
-Sí, sí… me estabas diciendo
algo de… emh… - Louis no estaba muy seguro de lo que hablaba Harry. Él estaba
muy concentrado viéndolo detenidamente. Sus largas pestañas, su mirada verde,
sus hoyuelos por cada palabra que entonaba… su…
-El ensayo de Harris.
-Por supuesto – esta vez
decidió concentrarse, no quería que Harry se llevara una mala impresión de él.
Louis le explicó en qué
consistía el ensayo, después de todo, Harry no había estado en la primer clase
y no sabía muy bien todos los detalles. El tiempo pasó demasiado rápido, Louis
no supo en qué momento pasaron de hablar sobre guerra y hechos que pasaron más
de cientos años atrás hasta llegar al tema del equipo de futbol. La
bibliotecaria comenzó a anunciar que cerrarían en cuestión de minutos así que
ambos decidieron irse del lugar no sin antes dividirse el trabajo para luego
reunirse nuevamente.
Louis estaba fascinado con
el muchacho. Era simpático y divertido, aún no entendía por qué Liam no lo
soportaba. Tal vez Harry no era el problema, sino Zayn.
Zayn…
El ojiazul sintió un
retortijón en su estómago. El corazón de Harry ya tenía dueño. Louis no podía
seguir negándose lo que le pasaba. Le atraía Harry. De eso no había dudas.
-Entonces, ¿juegas al
futbol desde hace mucho tiempo? – quiso saber Louis. Ambos se dirigían hacia el
edificio de las habitaciones.
-Desde que tenía doce.
Niall fue el responsable de ello.
-Tienen mucho tiempo
siendo amigos – comentó Louis.
-Niall y yo somos amigos
desde que tengo memoria.
-¿Y con Zayn? – Louis casi
se da de golpes en la pared, pero la verdad era que quería saber más sobre el
rizado.
Harry sonrió.
-Digamos que en mi primer
día aquí en el instituto, alguien me
empujó y caí, quise defenderme pero ese alguien
era más alto y grande y… fuerte. Entonces llegó Zayn y me defendió – se encogió
de hombros – desde ese entonces somos inseparables y…
-¡Arre
caballito…! – una voz conocida por ambos interrumpió
la historia de Harry.
Estaban a unos cuantos
pasos de la puerta del edificio cuando un muchacho de rizos castaños salió
llevando cargando a alguien sobre su espalda.
-Hola, Harry… Louis –
saludó el muchacho que estaba sobre la espalda de su amigo.
-¿Michael? – Louis no pudo
evitar sonreír ante la situación.
-¿Otra apuesta perdida,
Ashton? – el aludido rodó los ojos.
-Recuérdame nunca jugar al
FIFA con Mike, ni siquiera me gusta ese juego – respondió entre dientes.
Michael soltó una
carcajada.
-Demasiado tarde, Irwin –
Mike reclamó – ahora, ¡a la cafetería!
Ashton gruñó, pero obedeció casi al instante.
Louis y Harry se miraron
entre ellos y luego comenzaron a reír.
-¿Y tú, como te hiciste
amigo de Stan y Liam? – preguntó Harry, subiendo las escaleras.
-Stan lo conozco desde que
tengo memoria – confesó Louis – a Liam lo conocí en una fiesta de un amigo en
común. Stan y él congeniaron. Después nos volvimos inseparables.
Llegaron al piso de las
habitaciones.
-Eh, mi habitación está a
la derecha – Louis señaló con su dedo índice.
-La mía a la izquierda.
Supongo que aquí no separamos.
-Sí…
-Entonces nos veremos
mañana para terminar el trabajo.
-Así es.
-Hasta pronto, vecino – Harry le sonrió, mostrando sus
hoyuelos.
Louis le devolvió la
sonrisa, agitando su mano en modo de despedida.
[…]
Harriet
era nueva en el fraccionamiento. Su familia se había mudado la semana anterior
y su madre había hecho una parrillada para socializar con los vecinos. Ese día,
la pequeña vestía un hermoso vestido blanco, sus rizos eran sujetados por un
moño fucsia. Ella estaba encantada porque haría nuevos amiguitos. El jardín de
su casa era invadido por niños y niñas entre seis y ocho años. Estaba segura
que ahí estaría su mejor amigo o amiga.
-Hola
– alguien la saludó.
Lo
primero que se percató fue la intensa mirada azulada del pequeño castaño que le
sonreía.
-Hola,
soy Harriet – regresó el saludo.
-Yo
soy tu vecino del 318 – pareciera que el pequeño hubiera estado recitando la
frase y eso le causó gracia.
-Hola,
vecino del 318 – le sonrió.
-Harriet,
cariño, ven un momento, por favor – la madre de la pequeña estaba acompañada
por varias personas a unos cuantos metros de ahí.
-Hasta
pronto, vecino del 318 – Harriet le sonrió, mostrando sus hoyuelos.
El
pequeño le devolvió la sonrisa, agitando su mano en modo de despedida.
Harry se despertó agitado,
sus brazos y pies se enredaron entre las sabanas, cayó al suelo. Tardó un par
de segundos para darse cuenta lo que le había pasado. Comenzó a reírse.
-¡Basta, Styles! Intento
dormir – su compañero de habitación reclamó.
-Ashton, ya pasan de las
ocho de la mañana.
-¡¿Qué?! – el aludido se
sentó bruscamente - ¡¿Más de las ocho?! – en un intento de levantarse rápido,
sus pies se enredaron, él también cayó al suelo.
Harry se burló de él.
-No es gracioso – el
castaño refunfuñó en cuanto comprobó la hora.
Ambos seguían en el suelo.
-Tienes razón, pude haber
muerto si me caes encima – dijo entre risas.
-¡Hey! Ni que pesara más
de cien kilos – Ashton se levantó, Harry lo miró de arriba hacia abajo con la
intensión de comprobar lo contrario. El castaño solo traía puesto el pans de la
pijama - ¡Styles, no me violes con la mirada!
Harry comenzó a
carcajearse, recodando que esas mismas palabras Zayn las había usado pero en Niall.
-¿Y se puede saber que hacías
en el suelo? – Ashton le ayudó a levantarse.
-Tuve un sueño chistoso,
estaba… emh… - Harry se quedó en silencio. Por alguna extraña razón, ya no
recordaba el sueño.
[…]
-Looouuuiiiis, ¿Por qué me
hiciste madrugar? – Stan se estaba quejando mientras entraban a la cafetería –
no hay nadie aún, no es como si nos fuéramos a quedar de pie para desayunar.
-Entonces las personas que
veo han de ser fantasmas – Louis soltó una sonrisita – Y no te quejes Stan, no
es como si te hubiera despertado a las cinco de la mañana.
-Pero mi cama estaba muy
calientita….
Louis rodó los ojos.
-Vamos, que hoy tengo…
Louis no continuó y
tampoco era como si Stan estuviera prestando atención. Algo había llamado la
atención del ojiazul. Mejor dicho, alguien.
El muchacho con intensa mirada verde, traía un gorro gris, los mismos
auriculares del día anterior, ahora colgaban de su cuello, Louis tuvo
curiosidad de saber qué escuchaba.
-Stan, ve pidiendo el
desayuno, yo ahora vuelvo – tomó una manzana de la canasta y se dirigió hacia
el ojiverde.
Harry estaba centrado en
su beep, le había llegado un mensaje
de su entrenador en donde le explicaba los detalles de las selecciones del
próximo integrante.
-Hola, vecino de casillero
– Louis saludó.
Harry le sonrió, su
sonrisa se amplió aún más cuando Louis puso frente a él una manzana.
-Te acordaste – comentó,
aceptando la fruta, Louis se encogió de hombros mientras sentía que poco a poco
se estaba hundiendo en el infierno.
Él
tiene novio…
Él
tiene novio…
Él
tiene novio…
-Gracias – Harry dio una
mordida a su manzana – esta dulce.
-¡Harryyyy…! – justo en
esos momentos, llegó Zayn abrazándolo por la espada. Los movimientos bruscos
hicieron que Harry soltara la manzana y ésta rodara por todo el piso.
-Mi manzanaaa… - lloriqueó
el rizado.
-Es una broma, ¿cierto? –
musitó Louis.
Mirada verde y azul se
encontraron por un par de segundos y luego ambos comenzaron a reírse por la
absurda situación.
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