jueves, 3 de octubre de 2013

Capitulo diecinueve: El traidor

Los cinco elementos.



Capitulo Diecinueve:

El traidor




Rowle comenzó a lanzar piedras sobre el lago, la verdad era que ya se estaba cansando de esperar aquella supuesta señal que les daría Zabini de manera indirecta para localizar a Malfoy. Morseferth también estaba llegando a su límite cuando frente a ellos se aparecióMcKinnons.
-¿Qué se supone que haces aquí? – gruñó Morseferth.
-Haciendo mí trabajo, ya que al parecer ustedes no lo están haciendo muy bien.
Rowle estaba dispuesto a reclamar cuando el recién llegado le hizo una señal de advertencia. Una ventiscainusual rodeó a los tres mortífagos.
-¡Esa es la señal! – al poseedor del Elemento del Aire le brillaron los ojos.
 -Debemos ser cautelosos – advirtió Morseferth.
-¿Por qué?
-El chico Zabini puede estar jugando chueco – el poseedor del elemento del Fuego entrecerró los ojos – pueda que Zabini también esté recibiendo ayuda de Potter y de la sangre sucia.
-Entonces, hay que asegurarse que no la tenga – McKinnons sonrió malicioso.
-Debemos capturar, no matar – aclaró Morseferth – el señor Oscuro no estará complacido si Nott o Zabini mueren.
-¡Qué más da! – Habló por primera vez Rowle – lo único que tenemos que hacer es llegar al mismo lugar que esos dos y echar a perder los planes que tienen con la sangre sucia y Potter.
-Muy bien, haremos lo siguiente.

*****

El plan era fácil, sencillo y tramposo. Habían transcurrido dos días desde que Draco le había expuesto sus sospechas sobre un posible traidor a Harry. Ambos idearon un plan para descubrir quién era. Les mandaron el mismo mensaje a ambos chicos.
Tanto Theo como Blaise sabrían que se reunirían en una casa abandonada que se encontraba en las afueras del pueblo cercano. Harry y Draco irían antes de la reunión a la mansión Malfoy por algunas cosas que necesitaban para proteger a Scorpius de Voldemort, después se reunirían con ellos y llevarían a Scorpius.
Lo que no sabían ambos ex Slytherin era que Draco y Harry no irían a la mansión Malfoy, sino que estarían desde antes de la hora establecida en la casa abandonada esperando al traidor…

-Debemos decirles que nos reuniremos con ellos y que llevaremos a Scorpius con nosotros – opinó Harry – tu hijo será la carnada perfecta para que descubramos al traidor.
-Pero…
-No lo llevaremos, es solo para descubrir al traidor.
-¿Cómo lo haremos?
-Les diremos que nos reuniremos a las cinco en punto en la casa abandonada – comenzó a explicar Harry – pero antes iremos a la mansión Malfoy por algunas cosas.
-¿A la mansión Malfoy? – El rubio enarcó una ceja – no voy ahí desde el ataque.
-No iremos a la mansión. Debemos ir directamente a la casa abandonada – aconsejó Harry – el traidor llegará antes para tendernos una trampa y así llevarse a Scorpius.
-Es cierto, en la mansión Malfoy no puede atacarnos por los hechizos protectores – Draco se mordió el labio inferior – entonces el lugar para un ataque perfecto y sorpresa es en la casa abandonada.
-Además… el que no es el traidor probablemente vaya a la mansión Malfoy para advertirte del peligro, ¿no crees? Mientras el que sí lo es irá a la casa a preparar todo para… atacarnos.
-Al que veamos primero será el… traidor – el rubio dejó salir en un susurro.

Draco y Harry estaban en camino a reunirse con Theo y Blaise. Aprovechando que Hermione estaba en una cita con Terry, y a Neville le tocaba la guardia en el departamento de la castaña, ambos chicos salieron a su misión secreta. Nadie sabía de su plan más que ellos dos y un refuerzo por si las cosas se ponían feas. Era perfecto por si también había un posible traidor del lado del ED.
-¿Este es el lugar? – preguntó Harry con cierto recelo mientras observaba a su alrededor.
Draco no dijo nada, también observó el lugar con desconfianza, en especial a la casa abandonada que tenía frente a él.
-¡Alto ahí! ¡Detente! – la voz provenía de la casa.
Harry y Draco intercambiaron miradas e inmediatamente se adentraron en ésta. Draco fue el primero en entrar, se quedó de piedra al ver la escena. Blaise apuntaba con su varita a Theodore, éste lo miraba de manera desconcertante.
-¡Draco, tienes razón! Hay un traidor entre nosotros – le anunció Blaise.
Harry miraba alternativamente a los tres ex Slytherin.
-¿Qué? – Theodore y Draco pronunciaron al mismo tiempo.
-Él es el traidor – Blaise seguía amenazando con su varita al ojiazul.
El plan no estaba saliendo como lo habían planeado, no esperaban que los dos estuvieran antes de la hora.
-Pruébalo – ordenó Harry, apuntando con su varita a ambos chicos, ya que Draco parecía estar en una especie de shock.
-Le dije que saldría por unos momentos y cuando entré se estaba comunicando con un mortífago, le estaba dando la ubicación de este lugar, pero lo he descubierto justo a tiempo – Blaise observaba a Draco fijamente.
Theo parpadeó un par de veces, incapaz de contradecir al muchacho que tenía frente a él. Sus recuerdos le confirmaban lo ocurrido, pero por alguna extraña razón sabía que Blaise mentía. ¿Qué demonios estaba ocurriendo?
El rubio parpadeó ligeramente. Lo cierto era que uno de sus amigos era el traidor. Las pruebas apuntaban a Theodore, pero éste lucía extraño, más de lo normal, ¿era por haber sido descubierto? Malfoy se mordió el labio inferior, Blaise tenía razón.
Él era el traidor.
-¡Eso no es verdad! ¡Lo sabes muy bien, Blaise!
Draco salió del shock en cuanto escuchó la voz de Luna Lovegood justo detrás de ellos. ¿Cómo demonios se había enterado de la reunión?

*****

Hermione echó una tercera cucharada de azúcar a su café mientras sus pensamientos divagaban ligeramente a otras dimensiones. Estaba segura que Harry y Draco tramaban algo, en los últimos dos días los había visto actuar demasiado ‘extraños’ y eso solo podría significar una cosa: problemas. Hermione entrecerró los ojos mientras mentalmente amenazaba a ambos chicos.
-¡Hermione! – llamó Terry.
-¡Qué! – exclamó, derramando la cuchara llena de azúcar.
-Amor, es la sexta cucharada de azúcar, ¡Por Merlín! Te quedarás diabética – su novio le sonrió divertido.
-Ahh – exclamó la castaña – no me había dado cuenta.
-¿Estás bien?
-Sí, ¿por qué?
-Estás… extraña – confesó el chico.
-Extraña… - repitió la castaña - ¿saben quiénes sí están más extraños que los demás? Harry y Draco.
-¡¿Draco?! – Terry frunció el ceño, era la primera vez que Hermione lo llamaba de esa manera frente a él.
-Sí, ellos están más extraño que lo normal, se traen algo entre manos y…
-Hermione, ¿podríamos hablar de otra cosa? – Pidió dulcemente – sé que te preocupa el hijo de Malfoy y el asunto del hechizo, pero… este es nuestro momento. Te prometo hablar y escucharte todo lo que quieras después.
Hermione abrió la boca dispuesta a reprochar, pero luego la cerró. Terry tenía razón, ese era su momento. Estaban ahí para hablar de la fiesta del compromiso. Su compromiso. Hermione se puso nerviosa. Se imaginó vestida de blanco caminando con Scorpius a su lado guiándola hacia el atar y… ¿había dicho Scorpius?
La castaña parpadeó un par de veces, ¿Qué sería de Scorpius y de Draco después de que todo terminara? Suponía que Draco se iría de su departamento y se mudaría nuevamente a su mansión. Aquella enorme mansión en donde solo estarían ambos rubios… tal vez Draco se casaría nuevamente y Scorpius tendría una nueva mamá. ¿Draco haría su vida nuevamente? Hermione recordó esa noche, donde llevó al rubio a su lugar favorito. Ese lugar tan íntimo de ella que había decidido compartirlo con él. ¿Por qué lo había hecho? Cierto, Draco estaba triste y quería darle un adiós a su Astoria. Sabía que no podían ir a la mansión Malfoy así que lo llevó a ese lugar, en donde pudo conocer la otra cara del ex Slytherin, esa donde no había ninguna mascara de frialdad, de superioridad, de nada. Solo sinceridad, dolor, tristeza, profunda tristeza…
-¿Hermione?
La aludida dio un respingo.
-¿Sí?
-Es mejor que regresemos a tu departamento – aconsejó Terry – definitivamente hoy estás más distraída que nunca, muy raro en ti, por cierto – le sonrió.
-Deben ser los nervios… hay tanto qué hacer – murmuró Hermione, refiriéndose al asunto de los Malfoy. Terry creyó que hablada de la fiesta de compromiso.

*****

[Casa abandonada. Dos horas antes de la reunión]

A pesar que le costó auto convencerse que lo que estaba haciendo era lo correcto, Blaise se sentía de lo peor. Había llegado con unas cuantas horas de anticipación a las afueras de la casa abandonada en donde sería la reunión. Tenía pensado preparar una especie de emboscada para Potter y Draco y así llevarse a Scorpius consigo. Ya no podía alargar más el tiempo, si no llevaba pronto Scorpius a Voldemort, Pansy pagaría con las consecuencias.
-Así que… eres el mortífago misterioso.
Blaise se giró rápidamente al reconocer esa voz. Entornó los ojos al ver tras de él a Rowle, McKinnons y Morseferth, apuntándole con sus respectivas varitas.
-Haremos lo siguiente – Morseferth le sonrió de lado.
Se escuchó un puf cerca de ellos.
-¡Draco! – Theodore se quedó quieto al ver frente a él a los tres mortífagos y a Blaise en la cabaña – Lo sabía, eres el traidor – murmuró, viendo directamente a Blaise.
En cuestión de segundos se abrió el combate. Hechizos iban y venían por todos lados. Theodore, por estar débil y desarmado, fue el primero en caer. En cuestión de segundos Blaise fue neutralizado.
-Haremos lo siguiente – Morseferth le volvió a sonreír – al parecer Malfoy sabe que hay un traidor de su lado. Para mala suerte de él, te descubrió – señaló con la cabeza a Theodore – La buena noticia es que, si Malfoy busca un traidor, lo encontrará.
McKinnons se acercó lentamente hacia Theodore.
-Obliviate – susurró hacia el muchacho.

*****

Hermione sabía que algo andaba mal desde el momento en que llegó a su departamento y encontró a Neville y a Scorpius solos.
-¿Dónde está Draco? – preguntó sin miramientos.
-¿Qué no estaban con ustedes investigando sobre ese Gustav? – Neville enarcó una ceja.
Terry frunció el ceño.
-No, Terry y yo salimos a comer – informó la castaña.
-Has dicho “estaban” – recalcó Terry – a quiénes te referías, Neville.
-A Harry y a Malfoy.
-Ahí está la respuesta, Hermione – sonrió de lado Terry – al parecer Malfoy y Harry han ido a investigar por su cuenta.
-¿Y con el permiso de quién? – su novio enarcó una ceja. Hermione se sintió enrojecer – me refiero a que no nos lo dijeron, se supone que somos un equipo y…
-Tranquila – el ex Ravenclaw la tomó por los hombros – intentaré llamarlos para preguntarles dónde están.
-Gracias – suspiró con alivio la muchacha.
Terry enarcó una ceja, tenía la sensación que su novia se preocupaba demasiado por los chicos, sobre todo de cierto rubio. Al principio le pareció normal, pero a estas alturas ya no tanto.
-Iré a ver a Scorpius  a su cuarto – Hermione se dirigió hacia las habitaciones – en cuanto tengas noticias de ellos, me avisas.
-Seguro – Terry sonrió, en cuanto ella salió de su vista borró la sonrisa. Definitivamente no le agradaba la actitud de su novia.

*****

Había recibido un mensaje alarmante de Theodore. En éste le comunicó de su captura, de su escape, le advertía de un traidor. De Blaise como el traidor.
Luna no se lo comunicó a Draco hasta estar segura de lo que había escuchado del mensaje, pidió reunirse con su novio y justo en esos momentos la comunicación se había cortado. Luna se preocupó, no tuvo noticias de Theodore hasta el día siguiente.
“Iré a la mansión Malfoy” – le había dicho su novio mediante una carta – “Nos veremos en la casa abandonada que se encuentra en las afueras del pueblo”.
Y ahí se encontraba Luna, esperando a Theodore, pero éste no llegaba y comenzaba a preocuparse.
-¿Dónde estás? – murmuró.
Escuchó ruidos de apariciones dentro de la casa y, creyendo que era Theo con compañía, entró en ésta sigilosamente.

-¡Cumple con el plan! – una voz desconocida habló, Luna frunció el ceño.
-Por si las dudas, ¡Sealing Element! – vio a Blaise caer al otro lado de la cabaña, un aura de color azul le rodeó unos segundos.
Tres mortífagos se desaparecieron del lugar.

Blaise se levantó lentamente, llegó hasta donde Theodore estaba desmayado. Lo observó atentamente, su amigo ojiazul había llegado a la cabaña llamando a Draco, Blaise estaba seguro que era para advertirle de él.
“Draco lo sabe” – pensó Blaise – “Draco sabe que el traidor está entre Theo y yo, por eso nos citó en este lugar”.
Morseferth tenía razón, si Draco iba por un traidor Blaise le daría uno. Una vez Theodore fuera de la jugada, le sería más fácil llegar a Scorpius.
-Lo siento – le murmuró a su amigo.
Escuchó a lo lejos las voces de Draco y Harry, era hora de poner en marcha el plan.
-¡Ennervate! – hechizó y enseguida Theodore se despertó, desconcertado.
Luna frunció el ceño.
-¡Alto ahí! ¡Detente! – Blaise apuntó hacia el ojiazul.
-¿Qué? – a Theodore le costó trabajo levantarse. Se sentía mareado y desconcertado, ¿Cómo había llegado a ese lugar?
-¡Draco, tienes razón! Hay un traidor entre nosotros – anunció Blaise en cuanto vio a Draco y a Harry dentro de la cabaña.
Harry miraba alternativamente a los tres ex Slytherin.
-¿Qué? – Theodore y Draco pronunciaron al mismo tiempo.
-Él es el traidor – Blaise siguió amenazando con su varita al ojiazul.
-Pruébalo – ordenó Harry, apuntando con su varita a ambos chicos, ya que Draco parecía estar en una especie de shock.
-Le dije que saldría por unos momentos y cuando entré se estaba comunicando con un mortífago, le estaba dando la ubicación de este lugar, pero lo he descubierto justo a tiempo – Blaise observaba a Draco fijamente.
Theo parpadeó un par de veces, incapaz de contradecir al muchacho que tenía frente a él. Sus recuerdos le confirmaban lo ocurrido, pero por alguna extraña razón sabía que Blaise mentía. ¿Qué demonios estaba ocurriendo?
Entonces Luna comprendió todo. Blaise era el traidor y estaba por culpar a Theodore.
-¡Eso no es verdad! ¡Lo sabes muy bien, Blaise! – le reclamó al moreno, saliendo al fin de su escondite. El aludido trató de disimular su sorpresa.
-¡Excelente Nott! – Los tres mortífagos aparecieron en escena – los has traído tal como lo planeamos.



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