Los cinco elementos.
Capitulo Veintiséis:
Consecuencias.
Abrió lentamente los ojos, sintió un leve golpecito en su mejilla derecha. Parpadeó varias veces antes de despertar completamente.
-¡Ya despertó! – la voz de Potter resonó en su oído – ¿Estás bien?
-Eso creo – el ojiverde le ayudó a incorporarse – ¡Scorpius! – quiso ir a su lado pero tropezó en cuanto dio el primer paso.
-Estas débil, Draco. Yo te llevo.
-Él está bien, inconsciente, pero se ve bien – informó Terry.
-Tengo que llevarlo a San Mungo, Potter – el rubio abrazó a su hijo.
-Por supuesto.
-Zabini está muerto – anunció el pelirrojo.
Draco pasó saliva trabajosamente, ¿Granger lo había hecho?
Luna acariciaba la mejilla de Theodore, quien también estaba inconsciente. Se acercó a su oreja derecha y le susurró su nombre.
-Theodore... despierta...
El muchacho comenzó a abrir los ojos lentamente.
-¿Luna? – la muchacha le sonrió.
-Bienvenido.
Theodore estaba muy cansado, el haber renunciado a su elemento lo había desgastado en demasía.
-¿Cómo están... cómo...?
-Todo se ha terminado. Scorpius está a salvo.
-Zabi... Zabini...
-Él no tuvo tanta suerte – el muchacho mantenía cerrados los ojos, pero luchaba para no dormirse.
-Vold... Voldem...
-Shh, descansa.
-Pansy... ella… – cada palabra le costaba decirlo.
-¿Esta aquí? – Luna recorrió con su mirada los alrededores, buscando un indicio de la captura de la morena.
-Ella... embaraza… – el ojiazul cayó en la inconsciencia.
-¡Harry! – Luna llamó – Hay alguien más en este lugar, Pansy Parkinson.
*****
Draco observaba a su hijo, el pequeño aun no despertaba y eso le preocupaba en demasía. Eso no era buena señal. Aferró su mano con la de Scorpius.
-¿Cómo se encuentra? – preguntó Harry al llegar su lado.
-No lo sé. El que no haya despertado no es buena señal.
-Ya lo hará, ya lo verás.
-Eso espero, Potter. Eso espero.
-Lo hará – aseguró.
-¿Cómo están los demás?
-Pansy ya tuvo a su bebé... fue niña – Harry observó detenidamente al rubio – No tomó muy bien la muerte de Zabini.
Draco se mantuvo en silencio, tratando de no pensar que la muerte del moreno no fue por causa de Granger.
-Lo siento.
-¿Por qué? – preguntó, desconcertado.
-A pesar de todo, él era tu amigo.
El rubio asintió. Ignorando completamente esos sentimientos que estaban queriendo dominarlo.
-Ron y Terry no han encontrado a Hermione, llevan toda la mañana y no hay pista de ella.
-Aún vive, pero no tardará mucho, Potter.
-¿Qué quieres decir?
-Es mucho poder para ella – confesó – Debes hacer algo antes que destruya todo a su paso, incluso a ella misma.
-No creo que...
-No exagero, Potter – Draco lo miró fijamente – ¿Ves la tormenta que está en estos momentos? Es ella. Granger tiene los cinco elementos dentro de su cuerpo. Si no se controla los elementos la dominaran. Ella debe manejarlos no al revés.
-Lo hará, es cuestión...
-¡No lo hará, Potter! – Draco se levantó – Ella es una bruja ordinaria y...
-¿Ordinaria? – Harry se indignó – ¿Dices eso porque es hija de muggles?
-Me refiero a que no maneja ningún elemento. No está acostumbrada a mucho poder. Reconozco que Granger es poderosa, pero al tener los cinco elementos en su poder la destruirá. No podrá manejarlo. La prueba de ello es el ataque de las montañas, esta tormenta. Ella solo empeorará...
Draco estaba preocupado y se alegró internamente haber exteriorizado ese sentir. Si alguien podía creer en él a parte de Hermione ese era Potter. Y él haría lo posible para encontrar a la castaña.
-El único que puede ayudarla eres tú, Draco.
El rubio frunció el ceño.
-En las montañas todos tratamos de tranquilizarla, pero el único que llamó su atención fuiste tú. Eres importante para ella.
-Eso no es verdad, llamé su atención porque estaba enfadada conmigo.
-Lo curioso es que no te mató, si ofender – Harry lo observó atentamente – Estaba enfadada con los mortífagos y mira cómo terminaron. Pudo haber hecho lo mismo contigo y optó por irse antes de hacerlo.
Draco frunció el ceño, esta vez pensado en lo que el ojiverde le acaba de decir. No pudo evitar sentir ese calorcito invadir su pecho.
*****
-¡Hey, dormilón! – Luna le dio la bienvenida a su novio.
-Hola – Theo respondió, aún adormilado.
-Estás en San Mungo. Pansy ya tuvo a su bebé, tenías razón Voldemort la tenía secuestrada y con ella chantajeaba a Blaise.
-¿Cómo están los demás?
-Blaise murió – el ojiazul quedó pasmado ante la noticia – Lo siento.
Luna le dio un beso en la mejilla.
-¿Y Scorpius?
-Aún no despierta, pronto, lo hará.
-No, no lo hará – aclaró el ojiazul – Debo hablar con Draco, Luna. Es importante lo que debo decirle.
-Pero...
-Luna, Scorpius puedo morir.
La rubia observó a Theodore sorprendida.
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